Después de la segunda noche en el cottage, donde se está de maravilla, decidimos cambiar la ruta prevista para hoy. Inicialmente queríamos ir a la península de Langanes, donde se pueden ver muchas colonias de pájaros árticos. Sin embargo, en la oficina de turismo nos dijeron que la carretera no estaba en condiciones muy óptimas para ir con un turismo. Como no queremos arriesgarnos, nos saltamos esta parte del viaje y vamos directamente a la región del lago Myvatn. Después de una hora en coche, hacemos la primera parada del día en Leirhnjukur, una zona con una gran actividad geotérmica. Al bajar del coche ya notamos el olor a azufre tan característica de estos sitios. Empezamos a caminar por la ruta circular que atraviesa esta zona y quedamos realmente sorprendidos de la belleza paisajística del entorno. Las montañas tienen un amplio abanico de colores de gran intensidad. Es sorprendente ver cómo la fuerza de las erupciones del volcán Krafla, en los años 1975 y 1984, pudieron formar un paisaje tan delicado y fotogénico. Durante el paseo también destaca un pequeño lago, de color azul cielo muy intenso.
Muy cerca del aparcamiento está el cráter Viti, que contiene agua caliente en su interior. Recorremos el camino que rodea el cráter y de nuevo quedamos maravillados con el color intenso de estas aguas.
Después volvemos al coche unos quince minutos para ir hasta Námaskard, donde seguimos con los fenómenos geotérmicos. Se trata de una gran extensión de terreno donde hay fumarolas y pequeños lagos de agua hirviendo. Caminamos por las pasarelas habilitadas, que nos permiten descubrir de cerca las maravillas de este sitio. Es impresionante la gran cantidad de vapor que emana del suelo. ¡Cuánta energía desprende! De hecho, los islandeses, quisieron aprovechar el calor de esta zona para cultivar patatas más eficientemente. Efectivamente lograron que los tubérculos crecieran más rápido. Sin embargo, no pensaron en que el calor también las cocería… Actualmente, gran parte de esta energía se utiliza en una central geotérmica.
Continuamos la ruta por la región del lago Myvatan yendo hacia Hofdi. Es un parque con mucha vegetación que bordea el lago. Nada más llegar entendemos el por qué del nombre de este lago (Myvatan significa «el lago de las moscas»): la multitud de pequeñas moscas que nos da la bienvenida es muy molesta. Sin embargo, nos dejamos perder un buen rato por los caminos que recorren este parque. ¡Hay puntos con unas vistas fantásticas! Además el día es espléndido y el agua adopta un color turquesa precioso.
Después de esta primera visita al lago, nos dirigimos hacia Dimmuborgir. Es una zona árida, completamente diferente al lago, donde destacan las columnas y formaciones rosas de origen volcánico. Desde el aparcamiento hay un cartel donde se indican las rutas posibles. Cada ruta tiene un color, que hay que ir siguiendo durante el trayecto. Todos los recorridos están muy bien indicados. Nosotros decidimos hacer uno que dura aproximadamente una hora. A lo largo del camino vemos algunas rocas realmente curiosas. Cuando las miramos no nos sorprenden las creencias de los islandeses con los ogros y las brujas …
Después vamos hasta los pseudocráteres Skútustaðir, donde hay varios caminos que bordean el lago y que pasan por varios pseudocráteres. Caminamos sin prisas, disfrutando de las vistas del lago, y parándonos a fotografiar los patos que encontramos. La única pega son las moscas…
Terminamos la visita a esta región tan fructífera de la mejor manera posible. Vamos a bañarnos al Myvatan Nature Baths (el precio para entrar son unos 25 euros por persona). Son piscinas de agua caliente, similares al famoso Blue Lagoon, pero más pequeño. El entorno es precioso y las aguas están a una temperatura ideal. Por cierto, antes de entrar es importante no olvidarse ninguna joya puesta, ya que las altas concentraciones de azufre hacen que se queden de color negro. Aunque si se te olvida, no te preocupes: en la entrada tienen un producto para solucionarlo en cinco segundos. Cuando ya empezamos a estar arrugados se pone a llover. Hacemos caso a la señal del tiempo y salimos. Acabamos el día con un poco de carretera hasta Húsavik. Se trata de uno de los pueblos pesqueros más famosos de Islandia, ya que es uno de los mejores puntos de partida de Europa para ver ballenas. ¡Mañana iremos a buscar a estos grandes cetáceos!
(Este post corresponde al quinto día del viaje a Islandia)
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