Semana 15

El Ciclo de la Vida en el Kalahari

Empecé a conducir cuando el sol todavía no había salido. No había ninguna nube, lo que hizo que la temperatura bajara significativamente durante la noche. Tuve que subir las ventanas del coche. Se me estaban congelando las manos.

No tardé mucho en ver a un grupo de jirafas. Un poco más adelante, mi atención se centró en un grupo de órixes del Cabo. Dos machos se estaban enfrentando, desafiándose por demostrar quién era el más fuerte. El polvo que levantaban, combinado con los primeros rayos de sol del día, creaban una atmósfera única y efímera.

Pero no me quise entretener demasiado. Durante el día anterior, había visto un grupo de leonas y un gran macho de melena negro a unos veinte kilómetros del camping de Mata-Mata. Estaban encima una duna, bastante lejos del camino, pero quería llegar allí lo antes posible. Posiblemente, durante la noche se habían movido, y sabía que había más opciones de verlos de cerca en las primeras horas del día.

Pasé por delante de las dunas en las que los había visto el día anterior. Después de inspeccionar minuciosamente toda el área confirmé que ya no se encontraban ahí. Seguí avanzando, en dirección a la balsa de agua de Dalkeith, que estaba a menos de tres kilómetros. Quizás los leones se habían acercado allí, para hidratarse.

Después de una pequeña curva, vi una escena feroz, salvaje cautivadora y estremecedora. En medio de un prado reposaba el cadáver de una jirafa adulta. Cuatro leonas adultas, un león joven y un león adulto le habían cazado de madrugada. Posiblemente hacía un par de horas.

Observar cómo los leones y leonas se alimentaban de la jirafa fue un privilegio. No es una escena nada frecuente en el Kalahari. Mientras los felinos comían, fueron llegando chacales, preparados para aprovechar cualquier distracción de los leones para robar alguna porción de carne.

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Un pequeño resumen de esta nueva semana en el Kalahari

Empecé esta semana con la increíble escena de los leones alimentándose de una jirafa recién cazada. Después de pasarme todo el día fotografiándolos, tuve que volver al camping de Mata-Mata antes de la puesta de sol.

Al día siguiente llegó el momento de moverme a un nuevo camping: el camping de Nossob. Pronto por la mañana, vi de nuevo a los leones, que seguían alimentándose de la jirafa. Desgraciadamente no pude quedarme más rato. Me esperaban unas tres horas de conducción hasta Nossob.

Tenía muchas ganas de visitar Nossob, ya que es la zona más famosa para ver leones, guepardos y leopardos en el Parque Transfronterizo del Kgalagadi. Tener una plaza de camping aquí es muy complicado. De hecho, durante las cinco primeras noches estuve acampando en la parcela de una pareja de Sudáfrica, que compartieron conmigo su reserva.

Mis primeros cinco días en Nossob fueron muy tranquilos. Vi muy pocos animales. Fue un poco decepcionante, teniendo en cuenta todas las expectativas que tenía sobre este sitio. Pero parecía que la falta de lluvias y los incendios que habían quemado parte del parque hacía unos seis meses habían desplazado la fauna.

Esto no quiere decir que no viera animales, ni disfrutase de observaciones interesantes. Pude ver un guepardo durante unos minutos, también varias especias de búho, y los antílopes típicos del Kalahari. Mis días en el desierto estaban siendo maravillosos, y aunque me hubiera gustado ver más animales (sobre todo felinos) seguía apasionado y maravillado con ese rincón del mundo.

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Este post forma parte del resumen semanal de mi largo viaje, un viaje que al que he llamado Quinuituq.