Semana 1

El inicio del viaje y los chimpancés del bosque de Kibale

– ¿Alguien tiene miedo a las arañas? – preguntó el guía que me acompañaría por los bosques de Kibale para intentar ver chimpancés.

Sin tiempo para poder responder, me indicó con la mano que le siguiera. Acababa de escuchar a los chimpancés, y para llegar deberíamos ir bosque a través. Apartando hojas, ramas y vigilando dónde poníamos los pies. Empezaba una de las experiencias con las que más había soñado.

Para encontrar chimpancés el oído es indispensable. A partir de sus gritos, el guía iba improvisando el recorrido. Yo sólo le seguía. Sin pensar en la cantidad de insectos y arañas que probablemente me estaban cayendo encima. Ni reflexionando en sí podía haber alguna serpiente. O si nos toparíamos con un peligroso elefante o búfalo.

El sol todavía no había salido. Costaba diferenciar dónde comenzaba un árbol y continuaba el siguiente. Pero cuando el guía se detuvo y miré un poco más adelante, lo tuve claro desde el primer momento. Había un chimpancé. A unos cinco metros. Estaba parado, aparentemente sin hacer nada.

Me agaché suavemente, buscando un pequeño agujero entre la vegetación para verle la cara. Miró hacia dónde estábamos, y después de analizarlos con tranquilidad, decidió marcharse. Con calma. Demostrando que el bosque de Kibale es su casa. Allí mandaban ellos.

Esta observación marcaba el inicio de la habituation experience. Empezaba a correr el cronómetro. La cuenta atrás. Cuatro horas intensas y llenas de emoción.

No dejamos de movernos. Buscando algún chimpancé visible. Por lo general las observaciones eran cortas. Nos encontrábamos rodeados de un grupo de chimpancés en proceso de habituación a los humanos. Un proceso que tarda unos 20 años en completarse. Formar parte de este proceso, con grupos de chimpancés que ya empiezan a tolerar a los humanos, es una buena forma de contribuir en la conservación de esta especie.

Esto hizo que la experiencia fuera muy auténtica. Para conseguir cada foto, primero tenía que ganarme su confianza. Mostrarme tranquilo, indefenso, y dejar que me aceptaran.

Difícilmente olvidaré sus miradas de curiosidad. Sus gritos de excitación. O su divertida forma de comer. La gratitud y conexión que sentí por estos animales. Libres y salvajes.

La primera semana en Uganda: mucho más que chimpancés

Uganda ha marcado el inicio de mi largo viaje. Ha sido una cálida bienvenida. Un abrazo. Un impulso para liberarme de los miedos y vivir plenamente el viaje. La primera semana en este país me ha dado tranquilidad y he podido reencontrarme con la naturaleza de África. La madre naturaleza.

Y aunque la experiencia con los chimpancés ha sido el punto álgido de estos primeros días en el país. La primera semana ha estado marcada por muchos momentos emocionantes. Aquí he querido recopilar algunos.

Los elefantes bañándose en el Canal de Kazinga (Parque Nacional Queen Elizabeth)

Navegar por el Canal de Kazinga, que une el lago Edward y el lago George, es una de las mejores actividades que se pueden realizar en el Parque Nacional Queen Elizabeth. Se pueden ver muchos hipopótamos de cerca y, con un poco de suerte, grupos de elefantes bebiendo y bañándose en el canal.

Una leona y su cría en el Parque Nacional Murchison Falls

Estuvimos horas buscando a los leones del Parque Nacional Murchison Falls. El sol ya empezaba a ponerse y parecía que no tendríamos éxito. Estábamos a punto de girar cuando nos cruzamos con un coche y nos indicaron que a pocos metros había una leona.

La luz era mágica.

Y el instante fue aún mejor cuando vi que la leona no estaba sola. Tenía una cría de unos cuatro meses.

Las aves del ViaVia Entebbe

Uganda tiene más de 1.000 especies de pájaros. Es un paraíso por las aves. Y desde la misma ciudad del aeropuerto, en los jardines del hotel, ya pude descubrir la belleza de algunas de las especies acuáticas de ese país. Una gran bienvenida.

El salto de agua de las Murchison Falls

Aunque los protagonistas de Uganda son sobre todo sus animales salvajes, el paisaje de las Murchison Falls no puede dejar de visitarse. Son unas cascadas de gran potencia, por donde caen 300 m3/s.

Un grupo de colobos blanco y negro en los jardines del Kibale Forest Camp

En Uganda también hay una veintena de especies de primates. Aunque los grandes protagonistas son los chimpancés y los gorilas, hay una especie que me hacía especial ilusión encontrar: el colobo blanco y negro.

Cuando vi que el sol empezaba a ponerse, salí de mi tienda del Kibale Forest Camp. Quería andar un poco, después de un largo día de coche. Mi alegría fue enorme al levantar la cabeza y ver varios ejemplares de esta especie comiendo.

Este post forma parte del resumen semanal de mi largo viaje, un viaje que he llamado Quinuituq.