Semana 30
Disfrutando de la rutina en Isla Mauricio
En Mauricio también buscaba esto. Una rutina distinta. Tener tiempo para cocinar, saborear un té, escribir en el blog y revisar las más de cien mil fotos que había tomado durante los siete meses de viaje.
No me estaba costando nada levantarme poco después de las seis de la mañana, con los primeros rayos de sol. Dedicar las primeras tres o cuatro horas del día a observar y cuidar el huerto era una actividad casi terapéutica. Como una meditación.
Después de las mañanas rodeado de pájaros, plantas e insectos, la mayoría de las tardes eran mi rato de oficina . De escribir las guías de los viajes y empezar a planificar las siguientes etapas de esta larga aventura.
Esta semana en la Isla Mauricio no fue una semana trepidante, ni llena de actividades para conocer el país. No sentía la necesidad de ir de una punta a otra para ver nuevas playas, paisajes o monumentos.




Eso sí, antes de que terminara la semana aproveché para visitar los dos lugares que son Patrimonio Mundial por la UNESCO en Isla de Mauricio. Dos puntos turísticos completamente distintos.
Durante una tarde, cogí un bus hasta Port Louis para visitar el Aapravasi Ghat. Son los restos de las construcciones del XIX donde se recibían a los trabajadores inmigrantes que llegaron a la isla durante el siglo XIX y principios del siglo XX. Tras la abolición de la esclavitud, el gobierno de Londres inició en Mauricio lo que llamó “El Gran Experimento ”. Más de medio millón de personas de la India llegaron a Isla Mauricio como trabajadores contratados y personas libres. Un proyecto que fue el causante de uno de los mayores movimientos migratorios de la historia de la humanidad. Caminando por el museo del Aapravasi Ghat, pude profundizar en la historia de este evento, un hecho clave en la cultura de Mauricio.






El otro tesoro inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en la isla es la majestuosa montaña de Le Morne Brabant, una formación volcánica que se alza hasta los 553 metros de altitud. Su belleza natural y su rico valor histórico han convertido este icono en un emblema de la isla. Subí a esta montaña en un sábado lluvioso, con la suerte de ver las nubes separarse un poco en el momento en que llegué a la cima, revelando un azul turquesa inigualable.
Mis días en la Isla Mauricio y en África empezaban a llegar a su fin. Ya sólo me quedaba allí una semana. La última semana, de las treinta y una que iba a durar mi ruta africana.




Este post forma parte del resumen semanal de mi largo viaje, un viaje que al que he llamado Quinuituq.