Semana 47

Rewilding Argentina, el regreso de lo salvaje

El proceso de rewilding busca recuperar el equilibrio la biodiversidad natural de las áreas silvestres, especialmente a través de la recuperación de especies que habían desaparecido del territorio o se encuentran de manera escasa. El deterioro actual de muchos ecosistemas es tal, que ya no es suficiente la conservación pasiva de estos territorios, es necesario impulsar activamente su recuperación.

En Argentina, el proyecto Rewildling Argentina nació con este propósito. Esta fundación se creó en 2010, inicialmente bajo el nombre Flora y Fauna Argentina, en gran parte gracias a la participación de los conservacionistas Doug y Kris Tompkins. Actualmente, la fundación sigue luchando por recuperar la fauna de espacios naturales tan emblemáticos como los humedales de los Esteros de Iberá, la selva de El Impenetrable o la estepa árida de la Patagonia. Sus acciones han dado nuevas oportunidades a especies clave como el jaguar y el puma, reintroduciéndolas en territorios en los que habían desaparecido hace tiempo.

Uno de estos territorios es el Parque Patagonia, situado en el noroeste de la provincia de Santa Cruz. Allí se preserva un ecosistema único de estepa patagónica, caracterizado por altas mesetas basálticas, extensas lagunas, conos volcánicos y profundos cañones.

Este parque es el que visité durante esta semana del viaje. Sabía que allí tendría una de las últimas oportunidades de ver pumas durante mi recorrido por Sudamérica. Así que se convirtió en uno de mis objetivos durante los tres días que dediqué a esta zona.

Invertí cada mañana y noche en recorrer el interior del parque en busca de este amenazado y apasionante felino. Con la compañía de guanacos, ñandúes, zorros grises o zorrinos estuve inspeccionando las grandes áreas abiertas que rodean la Laguna Sucia. Sabía que era un área de paso para los pumas, pero también tenía claro que las posibilidades de encontrarlos allí no eran demasiado altas. Sin embargo, me resistía a seguir confiando.

Estar allí, en silencio, observando los colores de los amaneceres y los atardecers en medio de un paisaje minimalista ya era una experiencia enriquecedora en sí misma. Aunque no divisé ninguna puma, no lo consideré un fracaso. La fotografía de naturaleza también es esto.

Además, durante mi estancia en el parque, también pude disfrutar de las vistas vertiginosas del Cañadón Pinturas, admiré pinturas rupestres milenarias en la Cueva de las Manos y saboreé una panorámica privilegiada del parque desde la cima del Cerro Guanaco.

Abandoné el Parque Patagonia con un gran agradecimiento por la existencia de proyectos tan apasionantes y esenciales como Rewilding Argentina. A pesar de no haber visto ningún puma, estaba convencido de que alguno de ellos sí me había visto a mí. Saber que cada vez eran más numerosos dentro del parque, me alegraba profundamente.

Este post forma parte del resumen semanal de mi largo viaje, un viaje que al que he llamado Quinuituq.