Semana 60
Los osos hormigueros gigantes del Pantanal Sur
Al oso hormiguero gigante en Brasil se le conoce como tamanduá-bandeira. Tamandúa hace referencia a la familia del reino animal de los osos hormigueros, pero el gran acierto, para mí, es la palabra bandeira, que en portugués significa bandera. Y no podría ser un nombre más adecuado, porque este magnífico animal lleva una bandera viva en la espalda. Una larga cola de pelaje espeso y sedoso que dota a este mamífero de un aspecto único.
Poder ver a un oso hormiguero en el Pantanal era una de mis ilusiones. Y por eso, quise dedicar tres días a buscar a estos animales por libre. Conduciendo durante la salida y puesta de sol por los tranquilos caminos de tierra cercanos a la pequeña ciudad de Aquidauana. No tenía demasiadas expectativas puestas en estos días. Teniendo en cuenta que no conocía la zona y que son animales bastante escurridizos, creía que difícilmente iba a ver algún oso hormiguero durante estos días.
Pero la realidad fue muy distinta. Tras una primera tarde sin ver ningún tamanduá-bandeira, los resultados fueron bien distintos durante el segundo intento. Justo al salir del coche para fotografiar los coloridos lapachos rosados, vi una figura oscura caminando entre unos arbustos unos veinte metros más adelante. Rápidamente, identifiqué lo que era, y me acerqué lentamente.
Con un andar pausado y parsimonioso, continuó avanzando junto a la pista durante varios metros, hasta que empezó a alejarse. Mientras caminaba, iba hurgando la tierra, buscando hormigas para alimentarse. Tenía trabajo, ya que estos animales suelen comer unas 35.000 hormigas y termitas al día.
Este corto y emocionante encuentro fue el primero de muchos. Muchos más de los esperados.
Durante tres días vi una docena de osos hormigueros gigantes y viví momentos únicos. De los que siempre recordaré. Hacer fotos es sólo la excusa para vivir esos instantes inolvidables. Encuentros silenciosos, cercanos y pausados. Como cuando uno de los osos hormigueros se acercó a poco más de dos metros de mí, y decidió olerme antes de cambiar de dirección. O cuando pude apreciar la larga lengua (más de 60 centímetros) de otro ejemplar.
Fue fascinante poder ver a estos curiosos mamíferos caminando entre las llanuras del Pantanal Sur. Pero también triste. Porque mientras los observaba, podía ver en el horizonte una gran masa de humo de los incendios que seguían quemando el Pantanal. Unos incendios furiosos y destructivos, que ya habían quemado más de un millón de hectáreas de ese ecosistema. Debido al cambio climático, las altas temperaturas y la ausencia total de lluvia durante la época seca el Pantanal se ha convertido en un territorio muy propicio a los incendios. Algunos de ellos naturales, pero otros muchos provocados por humanos.
Mientras contemplaba a los osos hormigueros moviéndose con su elegancia característica, no podía evitar pensar en la fragilidad de aquel paraíso que estaba desvaneciéndose poco a poco.
Este post forma parte del resumen semanal de mi largo viaje, un viaje que al que he llamado Quinuituq.
