Semana 9

La llegada al Parque Nacional Kruger

(Este post debería haber visto la luz el 9 de abril, pero he estado desconectado entre los caminos del Kruger)

Las cuatro horas de ruta desde la ciudad de Johannesburgo hasta el Parque Nacional Kruger, fueron las primeras del viaje en el que me puse al volante de un coche. Empezaba una nueva etapa en la ruta por África. Ya no tendría la ayuda de ninguna guía para encontrar a los animales.

No me costó demasiado adaptarme a la conducción por la izquierda. Y sin ningún percance, al mediodía, ya entraba en el Parque Nacional Kruger. Uno de los parques nacionales sudafricanos más míticos.

Pasaría a este parque prácticamente un mes. Tenía ganas de poder conocer sus rutas, entender la distribución de la fauna y, con suerte, poder aprovecharlo para hacer algunas de las fotografías que llevaba tiempo imaginando.

Desde el primer día, ya incorporé la rutina que me acompañaría en las próximas semanas. Despertándome cada día de madrugada, para estar listo para empezar el safari a las seis de la mañana, cuando abren las puertas de los campamentos en esta época del año. Empezaba todos los días con un itinerario en mente y con el objetivo de ver a algún animal concreto. Pero sabiendo que posiblemente no vería nada de lo que tenía pensado. La naturaleza tiene siempre otros planes.

Me cuesta mucho describir los momentos que vivo en la naturaleza. Las miradas de los animales, su espíritu salvaje o la luz cálida y delicada que les ilumina cada mañana y atardecer. Siento que siempre acabo repitiendo lo mismo. Seguramente por eso me gusta tanto la fotografía. Porque me permiten compartir un pequeño instante de la belleza que encuentro.

Esta semana prefiero que las fotografías hablen por sí solas. Éstas son algunas de las instantáneas que resumen mis primeros días conduciendo por el suroeste del Parque Nacional Kruger:

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Este post forma parte del resumen semanal de mi largo viaje, un viaje que al que he llamado Quinuituq.