Viajar a la Antártida
Mejor época, precio y organización
Viajar a la Antártida es un sueño para muchas personas. Este lejano continente, la mayor reserva natural del planeta, fascina con su inmensidad helada y su fauna única, ofreciendo un espectáculo inigualable que sobrepasa la imaginación de los viajeros.
El turismo antártico ha evolucionado bastante durante los últimos años. Cada vez existen más opciones para viajar a la Antártida, con una gran variedad de barcos y precios. Por eso, antes de contratar un viaje es muy útil conocer qué ofrece cada agencia y cómo aprovechar las famosas ofertas de última hora (a veces con descuentos del 50%).
La evolución y creciente popularidad de los viajes a la Antártida, también está implicando una mayor amenaza por los paisajes y la biodiversidad del continente helado y las aguas que lo rodean. Es innegable que visitar este continente tiene implicaciones negativas en el medio ambiente. Pero priorizando embarcaciones y empresas responsables, siendo muy estricto con los protocolos medioambientales, se consigue reducir el impacto negativo de este maravilloso viaje.
Antes de viajar a la Antártida
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ORGANIZACIÓN
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GEOGRAFÍA
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ECONOMÍA
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SEGURIDAD
Cómo llegar a la Antártida
La opción más habitual para viajar a la Antártida es participando en un crucero desde Ushuaia, que se encuentra a unos 1.000 kilómetros del continente blanco.
Actualmente, también se ofrecen itinerarios (mucho más caros) con el formato Air-Cruise. En estos casos se vuela directamente hasta la isla 25 de Mayo, en las Shetland del Sur. De esta forma se evitan los días de navegación del Paso de Drake.
Cómo moverse por la Antártida
La única forma de viajar a la Antártida es con un crucero, que permite ir a diferentes zonas (normalmente a lo largo de la Península Antártica) para realizar desembarcos o navegaciones en zodiac. Hay barcos muy diversos y de tamaños muy diferentes, y esto es un factor clave en este tipo de experiencias.
Dónde dormir
Durante los viajes a la Antártida se duerme en el interior de los barcos. Existen diferentes tipos de habitaciones, cada una con un presupuesto. Además, también es habitual que haya habitaciones compartidas (de dos, tres o cuatro personas), por lo que en caso de viajar solo no es necesario pagar ningún suplemento individual.
Vacunas
No hay ninguna vacuna necesaria para viajar a la Antártida.
Tarjeta SIM
Tal y como cabría esperar, no hay cobertura en la Antártida. Sin embargo, prácticamente todos los barcos disponen de wifi por satélite. En algunos casos es gratuito, y en otros funciona a partir de “paquetes de datos” de pago. Por ejemplo, en el crucero que yo hice con el M/V Ushuaia, se podían comprar paquetes de 500 MB por 10 dólares. Para enviar mensajes, 500 MB son suficientes para todo el viaje.
Tipo de enchufe
Los enchufes de las embarcaciones varían en función de la empresa y el país de origen del barco. Así que es un factor particular de cada viaje.
Sin embargo, en muchos casos existen enchufes universales y no es necesario ningún adaptador.
El Tratado Antártico
El Tratado Antártico, firmado en 1959, establece la Antártida como zona desmilitarizada y de cooperación internacional para la investigación científica pacífica. Con 54 países firmantes, prohíbe cualquier reclamación territorial, convirtiendo a la Antártida en una tierra sin pertenencia, ideal para la exploración científica y el turismo responsable.
Idioma
En la Antártida no hay ningún idioma oficial, pero a la hora de realizar un viaje, lo que hay que considerar es el idioma del crucero. El idioma oficial de la mayoría de las embarcaciones es el inglés.
Una de las excepciones es el M/V Ushuaia. Esta embarcación pertenece a una empresa argentina, lo que hace que en este caso el español y el inglés sean lenguas oficiales, así que se emplean los dos idiomas para todas las comunicaciones y charlas.
Visado
Para viajar a la Antártida no se necesita ningún visado específico. Basta con tener en cuenta los requerimientos para poder entrar a Argentina, puesto que los cruceros salen desde Ushuaia.
En el caso de los ciudadanos españoles, tampoco es necesario disponer de ningún visado para entrar a Argentina (siempre que la estancia sea inferior a 90 días). Por tanto, sólo hay que llevar el pasaporte.
Zona Horaria
En la Antártida no existe una zona horaria definida. Durante los cruceros se utiliza la zona horaria de la ciudad de partida.
Así pues, en los cruceros que salen desde Ushuaia, se utiliza la zona horaria UTC-4.
Clima
El clima en la Antártida es uno de los más extremos y hostiles del planeta. Desde abril hasta octubre, se considera que es invierno en la Antártida. Durante estos meses, las temperaturas son gélidas y las horas de luz cada vez son más cortas, hasta llegar a una larga noche de varios meses.
A partir de noviembre las temperaturas comienzan a ascender y parte del hielo oceánico empieza a deshacerse. Con el aumento paulatino de las temperaturas, la actividad y presencia de fauna también incrementa.
Por este motivo, sólo se realizan expediciones turísticas en la Antártida desde noviembre hasta finales de marzo.
Moneda
La moneda de prácticamente todas las embarcaciones es el dólar, pero siempre conviene confirmarlo con la naviera. Los pagos de los gastos extras del viaje (gastos del bar, internet…) suelen realizarse al final de viaje. No siempre se aceptan los pagos mediante tarjeta.
Precios
Viajar a la Antártida implica una logística compleja y costosa, por eso es un turismo caro. Por lo general, la opción más económica de un crucero “barato” no suele bajar de los 5.000 dólares.
Sin embargo, se pueden conseguir mejores precios gracias a las ofertas de última hora. Estas ofertas suelen aparecer unas tres o cuatro semanas antes de la fecha de inicio del viaje, pudiéndose encontrar descuentos de hasta el 50% del precio inicial.
Por ejemplo, en mi caso, viajé con el M/V Ushuaia y pagué 4.285 dólares (la mitad del precio original) por una habitación doble compartida. Para estar al corriente de estas ofertas, es muy útil suscribirse a las listas de difusión de algunas agencias de Ushuaia (como Freestyle Adventure Travel o Antartica Travels).
Propinas
Aunque las propinas al viajar a la Antártida no son obligatorias, sí que son esperadas en muchos casos. Por lo general, se recomienda una propina de entre 10 y 15 dólares por persona y día.
Es evidente que en la Antártida no existen problemas de seguridad en cuanto a delincuencia. Ahora bien, las complicadas condiciones climáticas y marítimas del destino, y la lejanía de cualquier atención médica, implican unos riesgos que deben tenerse presentes desde el inicio. Por eso, es básico seguir siempre todas las indicaciones de la tripulación.
Además, para poder contratar un viaje a la Antártida, una condición obligatoria es disponer de un buen seguro médico para el viaje. Este seguro debe cubrir los gastos de evacuación médica y repatriación, con una cobertura mínima de 100.000 dólares. Para estos casos, te recomiendo contratar el seguro Top de Heymondo, ya que incluye específicamente las emergencias médicas que puedan suceder durante un crucero. Si contratas el seguro a través de este enlace , tendrás un 5% de descuento. Si necesitas más información sobre esta empresa, te recomiendo leer el post Seguro de viaje de Heymondo : detalles, coberturas y precios.
Mejor época para viajar a la Antártida
Mejor época
Enero y febrero
Todos los meses de la temporada antártica (de noviembre a marzo) tienen su atractivo, pero por lo general se considera que los meses de enero y febrero son los que ofrecen las mejores condiciones. La temperatura es más agradable, la disminución del hielo permite acceder a más zonas, los pingüinos tienen una actividad incesante con el nacimiento de los polluelos y las ballenas comienzan a llegar a la Antártida para alimentarse.
Dadas las buenas condiciones, son dos de los meses con mayor demanda para viajar a la Antártida, por lo que no siempre hay ofertas de última hora.
Temporada alta
Diciembre y enero
La época de temporada alta en la Antártida coincide especialmente con el período habitual de vacaciones de Navidad. Así pues, durante la segunda mitad de diciembre y la primera mitad de enero es cuando existe una mayor demanda.
Durante este período los precios de los cruceros son más elevados y no suelen haber ofertas disponibles. Por eso, si se quiere viajar a la Antártida con un presupuesto reducido, normalmente es preferible evitar estos dos meses.
Temporada baja
Noviembre y marzo
Los meses de inicio y fin de la temporada antártica coinciden con los meses de temporada baja. Eso sí, la experiencia es completamente distinta.
En noviembre (y a veces a finales de octubre) comienzan a operar los cruceros de expedición a la Antártida. Los días son todavía cortos y fríos, y la nieve y el hielo son los grandes protagonistas del paisaje. Durante noviembre es la época del celo de los pingüinos, una oportunidad única para observar sus rituales de apareamiento. También es una buena época para ver focas. El inconveniente es que la mayoría de ballenas todavía no han llegado al continente blanco.
En marzo, en cambio, la presencia del hielo es menor, lo que facilita el movimiento de los barcos. Es uno de los mejores meses por la observación de cetáceos. En cuanto a los pingüinos, se puede apreciar cómo la mayoría de polluelos ya han crecido, y muchas veces son bastante curiosos con los visitantes.
Buena meteorología
Diciembre, enero y febrero
Especialmente a partir de mediados de diciembre, las condiciones meteorológicas mejoran en la Antártida. Los días son muy largos (de hecho, nunca está completamente oscuro) y la temperatura menos gélida que durante los meses anteriores o posteriores.
Sin embargo, en la Antártida el clima es muy cambiante y puede haber temporales en cualquier época del año.
Tiempo poco favorable
De abril a octubre
Los meses de peor meteorología en la Antártida son los que coinciden con el período en el que no se realizan viajes allí, desde abril hasta octubre. Durante estos meses las temperaturas son negativas y, en invierno, la oscuridad se apodera del paisaje. Las condiciones climáticas son realmente extremas y no sería seguro viajar a la Antártida.
Viajar a la Antártida: mi experiencia
Cuando inicié el viaje por Sudamérica, tenía claro que quería intentar viajar a la Antártida. Sin embargo, los precios de los viajes que me interesaban (teniendo en cuenta el tamaño del barco y el itinerario) no se ajustaban a mi presupuesto. Casi había descartado esa idea, cuando vi una oferta de última hora para viajar en el barco M/V Ushuaia (tiene una capacidad inferior a 100 pasajeros). Quedaban tres semanas por el inicio del crucero, y desde el sur de Chile, tenía tiempo suficiente para conducir hasta Ushuaia.
Me esperaba una ruta a la Antártida poco habitual, una expedición enfocada a intentar llegar al Mar de Wedell. En total, serían once días de viaje, de los que sólo cinco (como máximo) los pasaría a la Antártida. Eran pocos días. Pero cada segundo en el continente blanco sería mágico y memorable. La experiencia valdría la pena. Estaba convencido.
FECHAS DEL VIAJE: Del 29 de enero al 8 de febrero de 2024.
TIPO DE VIAJE: Crucero con el barco M/V Ushuaia de la empresa Antarpply Expeditions.
TRANSPORTE HASTA USHUAIA: El crucero sale desde Ushuaia, donde llego en coche durante mi viaje por la Patagonia.
Día a día del viaje a la Antártida
Día 1: El inicio del viaje a la Antártida
Viajar a la Antártida es un sueño para mí. Siento una gran emoción por la mañana, durante las horas previas al momento de embarcar, que no comienza hasta las cuatro de la tarde.
Finalmente, poco después de las tres ya puedo acceder al puerto y acercarme al barco que me llevará hasta el continente helado: el M/V Ushuaia. En comparación con las otras embarcaciones que hay en el puerto, y que también realizan expediciones a la Antártida, el M/V Ushuaia se ve muy pequeño. Pero su construcción robusta y específica para estudios oceanográficos lo hacen uno de los barcos más seguros para cruzar el temido Paso de Drake.
A las cuatro puedo subir al barco, donde rápidamente me asignan la habitación. Después comienzan las presentaciones por parte de la tripulación, y sobre las siete de la tarde (una hora más tarde de lo previsto) el barco comienza a navegar por el Canal del Beagle.
Disfruto de una navegación escénica y tranquila mientras el sol comienza a ponerse. Durante la cena, la doctora del barco nos reparte pastillas por el mareo. Ya nos han avisado de que a media noche entraremos en el Pas de Drake. Las condiciones no serán excelentes pero tampoco muy desfavorables.
Día 2: El primer día atravesando el Paso de Drake
Después de una noche tranquila, necesito unas horas para acostumbrarme al balanceo del barco. Las olas son de tres o cuatro metros, una situación bastante tranquila dentro del Paso de Drake.
Durante la navegación hasta la Antártida, todas las cubiertas del barco están cerradas por seguridad. Sólo se puede salir a un pequeño espacio en la popa. Aunque no hay demasiado margen de movimiento allí, me entretengo un buen rato durante la mañana observando las aves marinas que siguen al barco. Estas aves aprovechan la corriente de aire generada por el barco para ahorrar energía mientras buscan alimento. Puedo fotografiar por primera vez aves impresionantes como el albatros de ceja negra, el petrel gigante antártico y el albatros errante (este último es el ave con mayor envergadura del mundo).
Por la tarde, escucho las primeras charlas del viaje. Una de ellas se centra en el Tratado Antártico, que es el marco legal que regula las actividades humanas en la Antártida; y la otra en las aves marinas, los grandes protagonistas del primer día completo de navegación.
Día 3: Un nuevo día en el Paso de Drake
Durante la segunda jornada de navegación, de camino a la Antártida, el viento ha dejado de soplar con fuerza y esto se traslada en un mar mucho más calmado. El balanceo del barco continua, pero es más tranquilo que el de ayer. Igualmente, la tripulación no deja de repetir que estamos viviendo un Drake muy agradable, así que no puedo quejarme.
Después de comer, cruzamos la Convergencia Antártica. En esta corriente circumpolar se encuentran las corrientes cálidas de los trópicos con las aguas gélidas antárticas, creando un ambiente óptimo para el fitoplancton, que atrae a numerosos mamíferos marinos y aves marinas.
Tantas horas de navegación se hacen un poco pesadas, pero me entretengo fotografiando aves y atendiendo a las dos charlas del día: una sobre la expedición belga a la Antártida y la otra sobre pingüinos. También por la tarde, todos los pasajeros debemos escuchar la charla sobre el Código de Conducto de la IAATO, con toda la normativa a cumplir durante los desembarcos, para que nuestra visita a la Antártida tenga el menor impacto posible sobre el ecosistema prístino del continente blanco.
Día 4: Una mágica bienvenida a la Antártida en el Canal del Plata y Portal Point
Hoy me levanto temprano, a las seis, y cuando miro por la pequeña ventana de la habitación descubro un paisaje de ensueño. Puedo observar las primeras montañas nevadas e icebergs de la Antártida. Rápidamente, salgo a la cubierta, y quedo maravillado por el paisaje. Nunca había visto esa inmensidad.
Pocos segundos después se pone a nevar, y mis manos se empiezan a helar. Así que entro de nuevo en el interior del barco, para abrigarme y desayunar, antes de salir de nuevo a la cubierta. Por la mañana iniciamos la navegación por el Canal del Plata, una zona conocida por su densidad de ballenas jorobadas. No pasa mucho rato hasta que ya puedo vislumbrar las primeras ballenas, que han venido hasta la Antártida para alimentarse del abundante krill. Quedo maravillado con este espectáculo. Durante poco más de una hora puedo ver más de veinte ballenas.
Después de comer, todo el mundo se prepara para la primera actividad de la expedición: una navegación en zodiac por Puerto Foyn. No es una navegación demasiado larga pero no deja de ser emocionante.
Para disfrutar de las mejores condiciones meteorológicas, realizamos la segunda actividad del día después de la cena. A las nueve de la noche subo de nuevo a una zodiac, para ir hasta Portal Point y hacer el primer desembarco del viaje. Allí doy los primeros pasos por el continente Antártico y puedo ver y fotografiar varios ejemplares de foca de Wedell. Además, el paisaje iluminado por la luz tenue del atardecer es indescriptible.
Antes de acostarse, me despido del día observando un nuevo grupo de ballenas jorobadas, que nadan entre icebergs y montañas blancas.
DÍA 5: Entre pingüinos en la Antártida
Durante el segundo día en el área de la Península Antártica, las condiciones atmosféricas son excelentes para poder realizar todas las actividades programadas. Una situación poco habitual en este tipo de viajes.
A media mañana, navego en zodiac alrededor de la isla de Lieja. Los glaciares y la nieve son los protagonistas del paisaje. Además, también puedo ver a una pareja de cormoranes antárticos, que descansan en una roca donde también hay un león marino de dos pelos.
Por la tarde, llega uno de los momentos más esperados del viaje: visitar una colonia de pingüinos. En concreto, desembarcamos en Punta Palaver, donde hay una numerosa colonia de pingüinos barbijo. Observo con fascinación cómo se mueven entre la nieve y cómo interactúan entre ellos. En la misma zona, también puedo identificar a tres pingüinos papúa, varias skúas antárticas y dos leones marinos de dos pelos.
Al volver al barco después de esta actividad inolvidable, la tripulación anuncia que empezaremos la navegación hacia el Mar de Wedell. Durante la noche atravesaremos el Estrecho Bransfiel, para el día siguiente intentar acceder a uno de los mares más imprevisibles y traidores de la Antártida.
Día 6: El Hielo del Mar de Wedell
Poco después del desayuno, por los altavoces del M/V Ushuaia se anuncia que el barco acaba de entrar en el Estrecho Antarctico, una zona de naturaleza prístina y repleta de vibrantes relatos de algunas de las exploraciones antárticas más famosas de la historia del continente blanco.
A medida que nos adentramos por este estrecho, aparecen los famosos icebergs tubulares de esta región de la Antártida. Normalmente, al viajar a la Antártida la mayoría de itinerarios se concentran en las maravillas de la Península Antártica (una de las zonas con mayor abundancia de fauna); por eso, es un gran privilegio poder navegar por este territorio.
Durante el recorrido, puedo ver a numerosos grupos de pingüinos de Adelia nadando muy cerca del barco. Se mueven como pequeños torpedos por debajo del agua. Lentamente, la silueta de la isla de Rosamel se hace cada vez mayor, hasta que sólo quedan un centenar de metros para superarla. Esta isla marca el inicio del Mar de Wedell.
Desgraciadamente, hay demasiado hielo marino, y nos anuncian que no será posible avanzar más. Rápidamente, los líderes de la expedición cambian las actividades, y nos proponen realizar una navegación en zodiac entre el hielo marino que nos ha impedido el paso. Hay un sol radiante y apenas hay viento, así que vale la pena aprovechar estas condiciones.
El recorrido en zodiac es un espectáculo. Lleno de paz y pureza. Las formas hipnóticas de los bloques de hielo marino, crean un laberinto por donde las zodiacs pueden adentrarse. Al final del recorrido, puedo fotografiar un adorable pingüino de Adelia de cerca.
Después de volver al barco y de comer, llegan las nubes y el viento. Las condiciones se complican, y no podemos realizar el desembarco previsto por la tarde. Además, el capitán del barco anuncia que un temporal (el más fuerte de la temporada) se acerca al Paso de Drake, y para evitar su peor parte deberemos empezar el regreso a Ushuaia un día antes de lo previsto.
Para viajar a la Antártida es necesario tener flexibilidad y aceptar que las reglas de la naturaleza en este territorio indómito son mucho más estrictas.
Día 7: Isla Decepción, un volcán activo en territorio antártico
Después de una noche de navegación hacia las Islas Shetland del Sur, me levanto a las cuatro de la madrugada para disfrutar de la salida de sol durante el último día del viaje a la Antártida. Mientras fotografío los icebergs durante el amanecer, algunos pingüinos pasan nadando en grupo cerca del barco.
Un par de horas después, el capitán del barco comienza las maniobras para adentrarnos en la caldera de la Isla Decepción, a través de los icónicos Fuelles de Neptuno. Esta isla es uno de los dos volcanes activos de la Antártida, y el paisaje es muy distinto al que había visto hasta ahora. Hay menos nieve, y los glaciares todavía están cubiertos por las cenizas de la última erupción volcánica en 1967.
La meteorología es buena para poder desembarcar en Bahía Telefon, y allí puedo andar un poco para acercarme a un glaciar y a una caldera secundaria. Desde una pequeña colina, la vista panorámica es excepcional. Además, poco antes de volver al barco también puedo fotografiar a un león marino de dos pelos y un solitario pingüino barbijo.
Con esto, termina mi experiencia en el continente antártico. Al mediodía, la tripulación anuncia que durante la tarde navegaremos hacia la isla 25 de mayo, desde donde iniciaremos la travesía por el Pas de Drake a medianoche.
Día 8: Un día de temporal en el Paso de Drake
Desde el momento en que entramos en el Paso de Drake, el movimiento del barco es cada vez más notable. Las olas, de unos cinco o seis metros, son mucho más altas que las que había experimentado en la ida.
Poco puedo hacer durante el día. Por suerte, no estoy mareado, así que puedo atender a las dos charlas que hacen los guías de la expedición. Una de ellas enfocada a las ballenas y delfines y la otra sobre el futuro de la Antártida.
Durante la tarde las olas y los vientos incrementan, y cuando voy a dormir, ya hay olas que superan los ocho metros. Cuando algunas de ellas impactan con el barco, puedo notar cómo tiembla toda la estructura. Pero no me cuesta mucho acostumbrarme al movimiento y duermo bastante plácidamente.
DÍA 9: Una nueva jornada superando un Paso de Drake movido
Sin duda, el Paso de Drake también forma parte de la experiencia antártica. Navegar estas tortuosas aguas también contribuyen a que este viaje sea único. Hoy debería ser el último día de navegación, pero ya nos han anunciado que la vuelta se alargará un día más de lo habitual. Para evitar el núcleo de la tormenta, hemos tenido que ir primero en dirección a las islas Malvinas.
A media mañana, el mar se calma un poco y aprovecho para fotografiar algunas de las aves marinas que nos acompañan. De nuevo, puedo vislumbrar petreles antárticos, petreles gigantes antárticos, albatros errantes o albatros de ceja negra.
También me entretengo con algunas charlas más, una de ellas sobre la expedición de Jean Baptiste Charcot y la otra sobre los “Valores Antárticos”.
Día 10: La llegada al Canal de Beagle
Después de una noche movida, pero más tranquila que las dos anteriores, parece que la experiencia de viajar a la Antártida empieza a llegar a su fin. A mediodía, aparece en el horizonte la silueta de la isla de Tierra del Fuego.
Durante las últimas horas antes de entrar en el Canal del Beagle, un numeroso grupo de petreles antárticos gigantes avanzan con nosotros, aprovechando las corrientes de aire que genera el choque del viento con el barco. Es extraordinario observar estas enormes aves volando a poco más de un metro de mi cabeza.
Por la tarde, entramos finalmente en las tranquilas aguas del Canal de Beagle. Allí fondeamos hasta la madrugada, cuando entraremos en el puerto de Ushuaia.
Justo antes de cenar, una veintena de delfines australes se acercan a la embarcación y nos regalan un espectáculo memorable. Una sucesión de saltos y piruetas improvisada, que me hacen terminar el día con una gran sonrisa.
La naturaleza está llena de imprevistos y de belleza.
Día 11: El final del viaje a la Antártida
El sueño de viajar a la Antártida se ha convertido en una realidad y, con pena, llega el momento de dar por terminada la aventura. Poco después de las ocho de la mañana, pongo de nuevo los pies en Ushuaia.
Ha sido una experiencia algo corta pero intensa. Un viaje que no olvidaré nunca.
Viajar a la Antártida: conclusiones de mi experiencia
Viajar a la Antártida es una experiencia estupenda para cualquier amante de la naturaleza. Cada segundo allí es intentos y apasionante. Ahora bien, también debe tenerse en cuenta que este tipo de viaje son costosos y complejos. Esto hace que la mayoría de los cruceros de expedición en el continente blanco sean rutas de entre diez y quince días (hay algunas opciones más largas) y que el coste no sea inferior a 4.000 euros por persona.
Teniendo en cuenta que los cruceros comienzan por la tarde y terminan por la mañana, y que al menos cuatro días del viaje se dedican a atravesar el Paso de Drake (dos días de ida y dos de vuelta); en general, en la Antártida se dedican sólo entre cuatro y nueve días. Son pocos días si se tiene en cuenta el coste y la logística de ese viaje.
Esto, junto con la imprevisibilidad de este tipo de viajes, debido a la extrema meteorología antártica, hace que en ocasiones pueda haber cierta decepción entre los pasajeros. Sobre todo en aquellos que viajan hasta Ushuaia únicamente para realizar este crucero.
Por eso, a la hora de plantearse viajar a la Antártida, creo que es muy recomendable combinarlo con alguna experiencia adicional por la Patagonia. Ya sea dedicando una semana a conocer la Isla de Tierra del Fuego o bien invirtiendo algo más de tiempo para viajar hasta Torres del Paine (en Chile) o hasta El Chaltén y El Calafate (en Argentina).
Consejos para viajar a la Antártida responsablemente
La Antártida es el área natural más extensa y prístina del planeta. Pero es también uno de los ecosistemas más amenazados y sensibles a la presencia humana y al cambio climático.
Por eso, es evidente que viajar a la Antártida tiene un impacto negativo sobre este continente. Por un lado, por las emisiones de CO₂ y, por otro, por los posibles riesgos que esto puede comportar. Muchos de estos riesgos son evitables si se siguen los protocolos de IAATO. Así que es básico tenerlos claros y aplicarlos estrictamente.
Aparte de esto, estos son algunos consejos para vivir esta experiencia de la forma más responsable posible:
- Optar por embarcaciones pequeñas, de no más de 200 pasajeros. Algunas de las opciones recomendadas son: M/V Ushuaia, Ocean Endeavour, Ortelius u Ocean Nova.
- Antes del viaje, limpiar a fondo toda la ropa y calzado. Es importante revisar los velcros para evitar introducir semillas o especies vegetales invasoras en la Antártida.
- Evitar comprar material específico para el viaje, sobre todo si crees que no volverás a utilizarlo. Es más sostenible alquilar el material en Ushuaia.
- Durante los desembarcos, ser respetuoso con la fauna. En la Antártida, los animales no temen a los humanos y esto hace que sea posible estar muy cerca de la fauna. Sin embargo, es necesario mantener una distancia de seguridad, para evitar interferir en su conducta y no transmitirles enfermedades.
- Evitar llevar cosas en los bolsillos, especialmente plásticos o papeles. Debido al viento es muy fácil que, sin querer, algunas cosas salgan volando. La mejor forma de evitar estos accidentes es llevar todo el material dentro de una mochila bien cerrada.
- Tras el viaje, en la medida de lo posible contribuir a reducir las emisiones de dióxido de carbono. Es la única forma de conservar el continente blanco.
- Aprovechar la experiencia para compartir la belleza de la Antártida y la necesidad de luchar por salvar la naturaleza extraordinaria de esta región de la Tierra.
Cómo elegir un buen crucero a la Antártida
Escoger un crucero para viajar a la Antártida no es sencillo. Existe una gran diversidad de precios, embarcaciones, itinerarios y fechas. Si se desea aprovechar alguna oferta de última hora, es básico tener flexibilidad. Sin embargo, estos son algunos de los aspectos a tener en cuenta al buscar un viaje a la Antártida:
- Asegurarse de que la compañía forme parte de la IAATO. Esto es imprescindible. En la página de este organismo se puede consultar la lista de todos sus miembros.
- Revisar que el programa del barco incluye dos actividades diarias. Por lo general, ambas actividades son una navegación con zodiaco y un desembarco. Los barcos con más de 500 pasajeros no tienen autorización para realizar actividades de desembarco.
- Comprobar el tamaño del barco. Para mí, los barcos pequeños son la mejor opción. Toda la operativa es mucho más eficiente, no hace falta turnos (los desembarcos están limitados a 100 personas diarias) y es más responsable con el medio ambiente.
- Tener en cuenta el itinerario. Por lo general, los cruceros en la Península Antártica son una gran opción, ya que es una de las áreas con mejor clima y existe una densidad de fauna elevada. Las rutas que incluyen el Mar de Wedell o el Círculo Polar Antártico permiten ver zonas menos frecuentadas, pero también implican destinar más tiempo a navegar y, en muchos casos, la meteorología imposibilita las actividades en estas zonas más expuestas. Para un crucero de menos de doce días, creo que es mejor elegir una ruta centrada en la Península Antártica.
- Analizar el tipo de habitación y distribución. El precio de los cruceros también está condicionado al tipo de habitaciones disponibles. Las habitaciones compartidas son más económicas.