No soy ningún profesional del turismo. Tampoco creo que haya descubierto la mejor manera de preparar un viaje por libre. Pero poco a poco he ido definiendo mi método para organizar los próximos viajes. Y que me sirve tanto para rutas cerradas como cuando viajo con un itinerario más abierto.
Suelo seguir siempre el mismo orden, y hay algunos puntos que para mí son básicos. Esto es lo que pretendo compartir, aquellos aspectos que a mí me han ayudado a preparar mejor los viajes. Es una opinión muy subjetiva, pero quizás te resultará útil alguna de las ideas…
1. Dedicar unas semanas a leer sobre el destino
Seguramente esta es una de las partes más emocionantes y estimulantes. Una vez decidido el destino, no hay nada más motivante que empezar a leer todo lo que se puede visitar y hacer.
En este primer punto, me dedico a informarme para ir cogiendo una idea de las posibilidades del viaje. No apunto demasiadas cosas, sólo me guardo los enlaces más interesantes y me apunto las zonas que me llaman la atención.
Blogs de viajes, reportajes fotográficos, revistas o vídeos, son perfectos para empezar a preparar el viaje.
2. Investigar con más profundidad
Después de las primeras semanas, cuando ya tengo una idea más clara del destino, empiezo a profundizar. Entonces empiezo a guardar más información y en un primer documento (que siempre es muy desorganizado) apunto información sobre posibles excursiones, las mejores zonas donde ver animales salvajes (si los hay) y qué pueblos o monumentos vale la pena visitar.
3. Visualizarlo todo en un mapa
Basándome en el documento anterior, es el momento de aclarar las ideas. Por ello, lo mejor es visualizar el país. Así que abro un documento a mymaps y me dedico a marcar la ubicación de todo lo que me gustaría visitar.
4. Definir zonas y días necesarios (Aproximación inicial)
Observando el mapa es mucho más sencillo ver la distribución de los puntos más interesantes del destino. Seguramente algunos quedan cerca y otros están más aislados. Así que utilizando los colores de mymaps, me gusta hacer agrupaciones por zonas.
Así es más sencillo planificar la ruta. Y muchas veces me ayuda a descartar zonas. Para mí, siempre es preferible visitar menos cosas mejor (con tranquilidad y profundidad), que no visitar muchos con prisas.
5. Dibujar el primer itinerario
Una vez definidas las zonas y con una idea aproximada de los días que creo que son necesarios para conocerlas con profundidad, puedo dibujar el primer itinerario. Es un itinerario abierto, pero que me permite que el viaje comience a tomar forma.
En este punto es cuando empiezo a utilizar Google Maps por primera vez, para mirar las distancias entre lo que, inicialmente, me gustaría incluir en el viaje. Así puedo decidir si todo el viaje se puede hacer en coche o si vale la pena tomar algún otro medio de transporte más rápido (como trenes de alta velocidad o aviones).
6. Analizar cada zona con profundidad
Cuando tengo claro qué tengo intención de visitar, es el momento de investigar con más profundidad cada uno de los puntos. En general, los parques nacionales o naturales son los protagonistas de mis viajes, así que sobre todo investigo posibles excursiones o trekkings, zonas donde se puede observar y fotografiar fauna en libertad o los mejores miradores para ver la salida o la puesta del sol
Aquí también investigo sobre permisos necesarios y cosas que haya que reservar con antelación. Por ejemplo permisos para hacer safaris o contactar con guías locales para buscar fauna dentro algún parque nacional.
También miro si hay actividades que valgan la pena y si hay que reservar con antelación. Sobre todo me gusta buscar actividades de empresas locales y pequeñas, muchas veces son más económicas y mucho más cercanas. Y en general, gracias a la opción de traducción automática de Google, busco información con el idioma del país para encontrar bloques de viajes locales.
7. Hacer un pequeño resumen (¡ordenado!)
Después de buscar y buscar, siempre acabo teniendo mucha información dispersa. Así que llega el momento de ordenarlo un poco todo. Ordenar la información siempre ayuda a ordenar las ideas, así que es un buen momento para terminar de verificar que todo está bien.
8. Modificar el itinerario
Con toda la información más clara siempre aplico algún cambio en el itinerario inicial. Ajustar los días a pasar en cada lugar y descartar algunas zonas es lo que suelo hacer en este punto.
Definir el itinerario antes del viaje no implica que después tenga que seguirlo al pie de la letra. Me gusta viajar improvisando y tomando decisiones sobre la marcha, pero haber hecho un itinerario previo (donde ya suelo planificar varias alternativas) me ayuda a no tener que destinar tiempo a planificar durante el viaje.
9. Hacer las reservas imprescindibles
Según el tipo de viaje o la ruta, siempre hay cosas que se pueden reservar desde casa. De hecho, hay ciertas cosas que hay que reservar con antelación (como hoteles en zonas con poca oferta o actividades o permisos específicos). Así que una vez lo tengo todo claro, ¡es el momento de reservar! El viaje ya es una realidad! 🙂
10. En cualquier punto, reservar (si es necesario) los vuelos
Y desde el momento en que ya tengo claro el destino, también empiezo a mirar las ofertas de vuelos (en caso de que sea necesario tomar un avión). En general con los billetes como más antelación mejor, pero siempre es recomendable revisar los precios durante un par de semanas para así comprar los billetes cuando estén más baratos.
Y eso es todo sobre el procedimiento que sigo últimamente para preparar los viajes por libre. Y tú, como organizas tus rutas?