Ordesa en otoño se convierte en uno de los paisajes más mágicos de la Península Ibérica. Las hojas de los árboles caducifolios se tiñen de amarillo, naranja y rojo, convirtiendo los bosques en una sinfonía de colores. Ordesa es uno de los mejores lugares donde ver el espectáculo del otoño. Una zona para descubrir paisajes únicos y donde poder realizar una gran variedad de excursiones.
De hecho, no sólo la sección de Ordesa dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es una buena zona para ver los bosques en otoño. Todo el parque nacional esconde rincones por descubrir. Bosques únicos, por donde es una delicia caminar.
Visitar Ordesa en otoño es sinónimo de paisajes impresionantes.
¿Cuál es el mejor momento para ver el otoño en Ordesa?
El estallido de los colores del otoño en Ordesa no se produce nunca en el mismo momento. Cada año cambia, en función de la temperatura y las lluvias. Además, el momento de máximo esplendor de los colores no suele durar demasiados días. Si tienes la suerte de visitar el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido durante estos días podrás contemplar bosques de colores intensísimos.
Por lo general el mejor momento para ver el otoño en Ordesa suele ser los últimos días de octubre y los primeros de noviembre. El inicio del frío marca el momento en que las hojas empezarán a morir y a teñirse de colores cálidos, así que es uno de los factores importantes a tener en cuenta para acertar cuáles serán los mejores días.
Sin embargo, nada mejor para saber cómo avanza el otoño en Ordesa que verlo de primera mano. Por eso, si quieres visitar el parque en el momento álgido, lo más recomendable es llamar a las oficinas del parque nacional (974486472) o mirar alguna de las webcams.
Los sectores del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido engloba alguno de los valles glaciares más impresionantes de Europa, valles fluviales únicos, montañas icónicas como el Monte Perdido y cañones vertiginosos. La mayoría de rincones son excelentes para contemplar los colores del otoño, y disfrutar de estos paisajes en el momento más pintoresco del año.
Toda la extensión del parque nacional se divide en 6 sectores:
- El sector de Añisclo: el cañón de Añisclo, formado por la erosión del río Bellós sobre las rocas calcáreas, es uno de los más bonitos del parque nacional. Desde la Ermita de San Urbez salen un buen número de excursiones ideales para descubrirlo.
- El sector de Escuaín: la vertiginosa y estrecha Garganta de Escuaín, atravesadas por el río Yaga, es la zona menos visita del parque. Esconde rincones brutales. Desde los miradores de Escuaín o de Revilla se pueden ver buitres comunes y el amenazado quebrantahuesos.
- El sector de Ordesa: el valle glaciar de Ordesa es la zona más famosa del parque nacional, y uno de los mejores puntos para contemplar los colores del otoño. Desde la Pradera de Ordesa hay infinidad de excursiones, para todos los niveles. Se puede caminar entre las hayas que se extienden por las partes bajas del valle, llegar hasta las famosas cascadas del río Arazas o subir hasta alguna de las fajas.
- El sector de Pineta: el valle de Pineta, atravesado por el río Cinca, es un imprescindible de Ordesa en otoño. Sobre todo cuando ha llovido.
- El sector del Monte Perdido: el sector del Monte Perdido engloba las partes más altas del parque nacional. Zonas de paredes verticales, donde hay puntos tan emblemáticos como la cima del Monte Perdido, el Cilindro de Marboré o la Brecha de Roland. Es una zona con muy poca vegetación, y sin árboles, así que en otoño no es la mejor opción si buscas pasear entre bosques.
- El sector del Valle de Bujaruelo: el valle fluvial de Bujaruelo, a menudo eclipsado por el valle glacial de Ordesa, también es ideal para disfrutar del otoño. Caminar junto al río Arazas, entre los colores de hayas y cerezos, es una de las mejores excursiones para hacer en otoño.
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De la Pradera de Ordesa a la Cola de Caballo
Esta es la excursión por Ordesa en otoño más famoso. Y es una fama totalmente merecida. La ruta comienza en los frondosos bosques de la Pradera de Ordesa, por donde vale la pena caminar lentamente y contemplar los detalles de un paisaje de colores efímeros. Tras una ligera subida, se llega al primer salto de agua: la cascada de Arripas. Y un poco más adelante se descubre la cascada de la Cueva y la cascada del Estrecho.
Al salir del bosque, el camino pasa por las famosas Gradas de Soaso. En otoño, el paisaje que rodea estos saltos de agua tan singulares hace aún más bonita la escena.
La última parte de la ruta avanza entre las paredes verticales del Circo de Soaso, hasta llegar a la Cola de Caballo. Es una ruta lineal, así que el regreso se hace por el mismo camino.
Distancia: 19 kilómetros | Tiempo: 6 horas | Dificultad técnica: Fácil (la única dificultad es la distancia) | Track de la ruta aquí.
Del Valle de Pineta a Llanos de Lalarri
Desde el parking del valle de Pineta (hay que pagar 3 euros para aparcar), comienza esta ruta. Una excursión ideal para realizar en Ordesa durante los días de otoño.
Para subir a los Llanos de Lalarri hay varias alternativas ( este mapa es muy útil para ubicar los caminos):
- La pista forestal. Éste es el camino más largo, pero también el más cómodo. No pasa por los mejores paisajes, así que no es la mejor opción.
- El camino de Marboré y después seguir por la pista forestal. El camino de Marboré es excelente para disfrutar de los colores del otoño en los árboles que se extienden por el valle de Pineta. Al final del camino se llega a la pista forestal, por donde se puede subir a los Llanos de Lalarri.
- El camino de Marboré y el camino de las cascadas. Sin duda esta es la mejor opción para descubrir el valle de Pineta en otoño. Tras recorrer buena parte del camino de Marboré, el camino de las cascadas permite descubrir un tramo de bosque único, donde las cascadas se suceden y crean una de las mejores estampas de Ordesa en otoño.
- El camino de Lalarri. Ésta es la opción más rápida para llegar a los Llanos de Lalarri.
Una vez completada la subida, desde los Llanos de Lalarri se pueden ver todas las tonalidades de los bosques de hayas, pinos y abetos; y también contemplar las paredes verticales de las cimas más altas del parque nacional, como el Monte Perdido.
Una opción para alargar la excursión es caminar desde allí hasta la Cascada del Cinca.
Distancia: 6 kilómetros | Tiempo: 3 horas | Dificultad técnica: Fácil | Track de la ruta aquí.
El Cañón de Añisclo: de la Ermita de San Úrbez hasta Cumaz
El Cañón de Añisclo es uno de los paisajes más impresionantes de Ordesa en otoño. Caminar desde el aparcamiento de Sant Úrbez hasta Cumaz es una excelente manera de conocer una de las partes más pintorescas de esta zona, que luce sus mejores galas durante el otoño.
Para llegar al punto de inicio de la ruta es necesario conducir desde el pueblo de Escalona por una carretera de un único sentido. Una pista estrecha, pero asfaltada, por donde descubrirás la inmensidad del Cañón de Añisclo.
El camino que une la Ermita de San Úrbez con Cumaz es muy sencillo, apto para todos los públicos. Ideal para saborear los colores anaranjados de los árboles y el azul turquesa del río Bellós.
Distancia: 13 kilómetros | Tiempo: 4 horas | Dificultad técnica: Fácil | Track de la ruta aquí.
De Fanlo al Bosque de la Pardina del Señor
El Bosque de la Pardina del Señor es uno de los mejores bosques de España para sorprenderse con los colores del otoño. Se trata de un bosque mixto, donde los árboles predominantes son las hayas, arces, abedules, avellanos, tilos, álamos, olmos, fresnos y robles. Cada especie alcanza una tonalidad distinta durante el otoño, convirtiendo el bosque en una mezcla de tonalidades única.
La ruta que atraviesa este bosque es lineal, pero es una excelente oportunidad para disfrutar de la magia de este bosque.
Distancia: 10 kilómetros | Tiempo: 3 horas | Dificultad técnica: Fácil | Track de la ruta aquí.
Circular por los Miradores de Revilla
Esta ruta corta y sencilla ofrece unas vistas extraordinarias de la Garganta de Escuaín. Un paisaje formidable dentro del parque nacional, y que en otoño es aún más sorprendente.
Lo mejor de esta ruta son sus miradores, donde vale la pena detenerse un buen rato para intentar ver algún quebrantahuesos. Esta zona es una de las mejores de Europa para observar estos majestuosos pájaros, muy amenazados hace unos años en los Pirineos.
Aunque se puede ir y volver por el mismo camino, es mejor hacer la ruta circular: una vez pasados los miradores de Revilla, se enlaza con el camino que une el Refugio de Cotatuero con el pueblo de Revilla. La ruta es sencilla y está bien señalizada.
Distancia: 4,5 kilómetros | Tiempo: 1 hora y 30 minutos | Dificultad: Fácil | Track de la ruta aquí.
De Torla a la Pradera de Ordesa por Turieto
El camino de Turieto fue durante muchos años el único acceso al Valle de Ordesa. Subir por esta ruta hasta la Pradera de Ordesa, en lugar de hacerlo en coche, permite caminar por bosques muy poco visitados. En otoño se encuentran en su mejor momento.
La excursión sigue el curso del río Arazas. Todo es silencio durante la excursión. Sólo se escucha el sonido del agua y a los pájaros que se refugian entre los abetos, pinos y hayas que crecen alrededor del río.
Ordesa en otoño tiene muchos tesoros escondidos. ¡Y esta excursión es uno de ellos!
Distancia: 16 kilómetros | Tiempo: 6 horas | Dificultad técnica: Fácil | Track de la ruta aquí.
Del Puente de los Navarros al Valle de Bujaruelo
Esta ruta, que sigue el trazado del GR-11, es la oportunidad ideal para conocer el valle fluvial más bonito de Ordesa: el valle de Bujaruelo. Buena parte de la ruta pasa por un bosque de abetos, pinos y hayas, donde el color amarillo de las hojas de estos árboles contrasta con el verde de los pinos y abetos.
Después de un agradable paseo, al final de la excursión se llega hasta el Puente de San Nicolás de Bujaruelo. Desde allí salen infinitas excursiones. Algunas son cortas y sencillas, y también hay otras rutas más exigentes como la subida hasta la Brecha de Roland.
Es una ruta lineal, así que el regreso se hace por el mismo camino. Vale la pena saborear por partida doble los paisajes del valle de Bujaruelo. Una zona única de Ordesa en otoño.
Distancia: 16 kilómetros (ida y vuelta) | Tiempo: 6 horas | Dificultad técnica: Fácil | Track de la ruta aquí.
Escapada de 6 días a Ordesa en Otoño (mi experiencia)
Después de varios años queriendo visitar Ordesa en otoño, por fin lo conseguí. Durante la última semana de octubre, cuando los colores del otoño se encontraban en su punto álgido, conduje hasta el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. El objetivo era claro: gozar al máximo de las excursiones y los paisajes en uno de los momentos más visuales del año.
Para visitar el parque nacional lo hice en mi coche camperizado (sencillo pero muy útil). Ideal para tener mucha más flexibilidad y poder improvisar.
Día 1: el valle de Pineta
El primer día de la escapada a Ordesa en otoño lo dediqué al valle de Pineta.
Después de ver la salida de sol desde el Embalse de Pineta, conduje hasta el parking de Pineta, al final del valle. Desde allí subí hasta los Llanos de Lalarri siguiendo el camino de las cascadas. Una ruta mágica, y que pronto por la mañana pude disfrutar casi en solitario.
Ya en Llanos de Lalarri vale la pena recorrer los prados alpinos hasta el final, donde hay un último salto de agua.
Antes de bajar de nuevo al valle, decidí subir hasta los Llanos de Estiva. La subida es intensa, pero desde allí se tienen unas vistas fantásticas del Monte Perdido y de los bosques del Valle de Pineta.
Al mediodía bajé de nuevo al parking, deshaciendo el mismo camino por el que había subido. Dediqué la tarde a pasear y fotografiar los bosques del fondo del valle.
Día 2: El Balcón de Pineta y los Miradores de Revilla
Mi intención inicial era llegar hasta la Cascada de Cinca, y desde allí continuar subiendo un poco más para tener una buena panorámica del valle de Pineta. A medida que subía me fui animando, las vistas cada vez eran más espectaculares. Finalmente llegué hasta el Balcón de Pineta después de haber superado 1.500 metros de desnivel positivo. La ruta es dura, pero vale mucho la pena.
Después de contemplar el vuelo de algún quebrantahuesos mientras bajaba de nuevo hacia el valle de Pineta, llegué de nuevo al coche a primera hora de la tarde.
Para acabar de redondear el día, conduje hasta Revilla para pasar las últimas horas de la tarda en los Miradors de Revilla. Son una zona excepcional para ver la Garganta de Escuaín y los buitres que la sobrevuelan. No tuve la suerte de ver algún quebrantahuesos. Pero los paisajes por sí solos son motivo suficiente para visitar esta zona. Sobre todo en otoño.
Día 3: El cañón de Añisclo y el Pico Mondoto
De noche, antes de que saliera el sol, conduje por la estrecha carretera del Cañón de Añisclo hasta San Úrbez. Desde allí caminé por el cañón, hasta Cumaz, mientras el sol iba iluminando poco a poco los árboles.
Después de una mañana muy tranquila por el cañón más bonito de Ordesa, conduje hasta el pueblo de Nerín. Por la tarde quería subir hasta uno de los mejores miradores del parque nacional: el Pico Mondoto. Desde esta montaña de casi 2.000 metros de altitud, se puede contemplar el Monte Perdido, el Cilindro de Marboré y el Cañón de Añisclo. Es alucinante.
A pesar del viento, aguanté un par de horas en la cima. Tenía la esperanza de ver algún quebrantahuesos volando, con el Monte Perdido de fondo. Y aunque la escena no se produjo tal y como había deseado, sí que pude ver algún ejemplar de esta fascinante rapaz. Mientras empezaba a bajar, los últimos rayos del sol iluminaban las cimas más altas del parque nacional.
Día 4: La vuelta al Valle de Ordesa
Al cuarto día por Ordesa en otoño, lo dediqué a hacer la excursión más clásica del parque nacional: desde la Pradera de Ordesa subí por la Senda de los Cazadores hasta el mirador de Calcilarruego, continué por la Faja Pelay hasta la Cola de Caballo, y desde allí regresé hasta la Pradera de Ordesa pasando junto a las Gradas de Soaso y las demás cascadas del río Arazas.
Estuve todo el día haciendo la ruta, ya que los paisajes me invitaban a detenerme a menudo para fotografiarlo todo. Los colores del otoño estaban en su mejor momento, muy intensos, y engalanaban aún más un paisaje cautivador durante todo el año.
Día 5: La Faja Racón y los Miradores de Ordesa
De nuevo volví a la Pradera de Ordesa por la mañana, esta vez para recorrer la Faja Racón. La Faja Racón cruza la pared meridional del valle, justo debajo de la Punta Gallinero. Caminar por este estrecho camino fue una delicia. Las vistas eran fantásticas, y al haber empezado a andar muy temprano, justo cuando salía el sol, no me encontré prácticamente a nadie hasta al final de la ruta. Sólo un grupo de sarrios, que comían tranquilamente en el bosque.
Por la tarde, hice una de las actividades más recomendables en Ordesa en otoño. Una excursión en 4×4 para subir hasta la zona de los miradores de Ordesa. Después de subir en coche hasta unos 2.000 metros de altitud, hice una sencilla pero espectacular ruta por algunos de los miradores de la Sierra de las Cutas. Desde el punto más alto de la sierra, la Punta Acuta (2.248 m.), las vistas del Valle de Ordesa son sublimes. Las paredes del Gallinero y la Fraucata, el Cilindro de Marboré, la Faja de las Flores y el Circo de Cotatuero se observan a la perfección desde este mirador privilegiado.
Día 6: Caminando por el valle de Bujaruelo
El último día por Ordesa en otoño lo dediqué principalmente a caminar por el Valle de Bujaruelo. Es una zona bastante diferente, al tratarse de un valle fluvial y no un valle glaciar.
Empecé a caminar desde el Puente de los Navarros hacia el Puente de San Nicolás de Bujaruelo. Aprovechando que era temprano y no había coches, fui por la pista. A pie se pueden saborear mucho mejor los paisajes que yendo en coche.
Una vez en el Puente de San Nicolás de Bujaruelo hice una sencilla ruta circular hasta el Puente de Oncins. Una ruta muy fácil, para disfrutar de la tranquilidad del valle en otoño.
Para volver hasta el Puente de los Navarros lo hice siguiendo el camino del GR-11. Uno de los caminos más sorprendentes y hermosos. Sobre todo durante la primera mitad del camino, cuando la ruta atraviesa un bosque de abetos y hayas cautivador.
Para despedirme de los paisajes de Ordesa en otoño, subí de nuevo en coche a la Pradera de Ordesa. Caminar por allí al atardecer, cuando los últimos rayos de sol iluminaban las paredes de la Fraucata, fue la mejor manera de terminar esta escapada de montaña.
Datos Prácticos para visitar Ordesa
Cómo llegar
La mejor forma de llegar al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es en coche. Según la sección del parque que quieras visitar, tendrás que conducir hasta distintos puntos:
- Sector de Añisclo: la mejor opción es aparcar en el parking de San Úrbez, para llegar hay que conducir por la carretera de un único sentido que sale desde Estana (un pueblo cercano a Aínsa).
- Sector de Escuaín: para conocer la Garganta de Escuaín hay que conducir hasta el pueblo de Escuaín o de Revilla. En ambos casos, las carreteras que llegan hasta allí son estrechas y lentas, así que vale la pena ir con tiempo y conducir con precaución.
- Sector de Ordesa: para llegar a la Pradera de Ordesa, la parte más famosa en otoño, hay que conducir hasta el pueblo de Torla. En algunos fines de semana (como los de otoño) y durante la temporada alta hay que tomar el bus del parque nacional para llegar a la Pradera de Ordesa (puedes ver los horarios y calendario aquí ). Cuando el bus no funciona, se puede subir en coche hasta la Pradera de Ordesa siguiendo la carretera que sale desde Torla.
- Sector de Bujaruelo: para conocer el valle de Bujaruelo se puede hacer caminando desde el Puente de los Navarros (hay un parking a unos 500 metros antes de llegar) o conduciendo hasta el Refugio de Bujaruelo (la pista no está asfaltada, pero es apto para turismos si se conduce poco a poco).
- Sector de Pineta: el inicio de la mayoría de las excursiones por el valle de Pineta empiezan des del párking, situada al lado del Parador de Bielsa. Hay que pagar 3 € para dejar el coche aparcado durante todo el día.
Precios del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
La entrada al parque nacional es gratuita. Únicamente hay que pagar el bus que sube desde Torla hasta la Pradera de Ordesa (sólo cuando el acceso a los turismos está cerrado). El precio es de 4,50 € subir y bajar.
Por otra parte, el párquing del Valle de Pineta también es de pago: 3€ por día.
Dónde dormir en Ordesa
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en otoño ofrece una gran variedad de opciones para dormir. Lo más recomendable es primero decidir qué sector del parque visitarás, para así escoger después un alojamiento cercano.
Si visitas la zona de Ordesa, lo mejor es dormir en Torla o en Broto. Puedes ver todos los hoteles de la zona aquí.
Si quieres visitar el Valle de Pineta, dormir en las proximidades del pueblo de Bielsa te permitirá estar muy bien situado. En este enlace encontrarás todos los alojamientos de la zona.
Por último, si tienes previsto conocer el Cañón de Añisclo o la Garganta de Escuaín, dormir cerca de Aínsa es una muy buena opción. Clica aquí para ver toda la oferta de alojamientos.
Si quieres tener más libertad, una buena opción para visitar Ordesa en otoño es ir en autocaravana o camper. Hay bastantes zonas donde está permitido pernoctar, siempre fuera del parque nacional, y esto es ideal para poder improvisar y dormir cerca del inicio de las excursiones. En este mapa puedes localizar los puntos más recomendados.