Los acantilados de Moher son uno de los paisajes más majestuosos de Irlanda. Sus paredes caen verticalmente sobre el Atlántico, a una altura que supera los 200 metros. Desde tan arriba que cuesta apreciar las dimensiones de las furiosas olas que a menudo chocan contra las rocas. Mostrando toda la bravura del océano.
Caminar por los acantilados de Moher es uno de los puntos álgidos de todo viaje a Irlanda. Ninguna foto es comparable a verlos en primera persona. Resistiendo la fuerza del viento, y observando cómo el hipnótico vuelo de los pájaros crea una atmósfera aún más cautivadora.
Cómo llegar a los Acantilados de Moher
Los acantilados de Moher se encuentran en la costa oeste de Irlanda, cerca del pueblo de Liscannor. Una de las maneras más escénicas de llegar es siguiendo el recorrido de la Wild Atlantic Way, una ruta que pasa por los puntos más famosos de la costa oeste del país. Se necesitan varios días para hacer todo el recorrido.
También se puede llegar hasta los acantilados de Moher desde alguna de las ciudades más importantes de Irlanda. Galway se encuentra a unos 90 minutos en coche. La capital del país, Dublín, se encuentra a 3 horas en coche.
Para quienes no tienen previsto alquilar ningún coche y disponen de pocos días, también se puede contratar un tour de un día en los acantilados de Moher desde Dublín.
Para ver otras formas de llegar, puedes consultar la página oficial.
Los Acantilados de Moher: cuándo visitarlos
Al preparar una visita a los acantilados de Moher debe tenerse presente que son el paisaje más famoso de Irlanda. Cada año un millón y medio de personas los visitan. Por eso es recomendable evitar los momentos en los que hay más turistas.
Mejor época del año
Aunque los acantilados de Moher están abiertos durante todo el año (excepto del 24 al 26 de diciembre), durante los meses de invierno el clima suele ser bastante hostil. Sin embargo, es uno de los momentos en los que hay menos turistas.
En general, los meses más recomendables para ir son septiembre, octubre y de abril a mayo. Durante este período el clima es más agradable, y todavía no ha llegado el pico turístico. La temporada alta son los meses de julio y agosto.
Para los amantes de los pájaros, si se quieren ver frailecillos en los acantilados, hay que tener en cuenta que los frailecillos llegan allí a finales de marzo y se marchan a principios de junio.
Mejor momento del día
Si visitas los acantilados de Moher durante los meses más turísticos, es recomendable evitar las horas centrales del día (principalmente de once de la mañana a cuatro de la tarde). Es cuando suele haber más gente.
Sin duda, uno de los mejores momentos del día para conocer este paisaje es la puesta de sol. Cuando las luces cálidas del ocaso iluminan las paredes del precipicio y son capaces de transformar el paisaje. Y engalanarlo aún más.
Si buscas tranquilidad, y encontrar la menor gente posible, la salida de sol también es un momento mágico.
Horario y precio para visitar los Acantilados de Moher
Antes de la visita, te recomiendo revisar la información práctica en la web oficial, por si ha habido algún cambio.
El horario de visitas es:
- De noviembre a febrero: de 9.00 a 17.00.
- De marzo a abril y de septiembre a octubre: de 8:00 a 19:00.
- De Mayo a Agosto: de 8:00 a 21:00.
El precio de entrada estándar para visitar los acantilados de Moher es de 10€ por adulto. La entrada se paga en el momento de la entrada en el parking (el aparcamiento está incluido en el precio). Sin embargo, se puede ahorrar algo comprando las entradas previamente por internet y reservando un horario de visita fuera de las horas puntas:
- De 8:00 a 11:00 de la mañana la entrada cuesta 7€.
- De 11:00 a 16:00 la entrada cuesta 10€.
- De 16:00 hasta la hora en que cierran la entrada cuesta 8€.
Puedes comprar las entradas aquí .
Los Acantilados de Moher: el mejor recorrido
Lo habitual es empezar la visita a los acantilados de Moher desde el centro de visitantes, que es donde se llega primero después de dejar el coche. Dentro del centro de visitantes existe una exposición permanente con información de los acantilados.
Desde allí, conviene seguir caminando en dirección al mar, hasta llegar al camino que avanza junto a los acantilados. Una buena idea es empezar a andar en dirección sur (hacia la izquierda cuando se mira el mar). El camino va en dirección al Hag’s Head, la torre que hay al final de los acantilados. Llegar hasta ahí son unos 10,5 kilómetros, entre ir y volver. Este camino se conoce como el Moher Coastal Walk. Es una zona muy buena para intentar ver frailecillos.
Explorada la zona sur, es momento de avanzar hacia el norte (es decir, hacia la derecha del centro de visitantes si se mira hacia el mar). Rápidamente, se llega a la Torre de O’Brian, que es el punto más alto de los acantilados, con una caída de 214 metros. Desde ahí se tiene una de las mejores perspectivas. Pero vale la pena andar un poco más, para descubrir nuevos puntos de vista de este vertiginoso paisaje. Para los más aficionados al senderismo: se puede caminar hasta el pueblo de Doolin (son unos 8 kilómetros) y después regresar en bus hasta el centro de visitantes.
En cualquier caso, si se hace un recorrido a pie por los caminos de los acantilados de Moher, debe tenerse en cuenta que los senderos dejan de estar bien mantenidos y no son tan seguros una vez se alejan del centro de visitantes. Hay carteles indicando que si se sigue avanzando es bajo la propia responsabilidad. Sin embargo, caminando con precaución no hay ningún problema, pero hay que vigilar durante todo el recorrido.
Nuestra experiencia: una tarde en los Acantilados de Moher
Después de pasar una mañana visitando el Castillo de Bunratty, el Parque Nacional Burren y el Dolmen de Poulnabrone, llegamos a primera hora de la tarde a Ennistymon, un pequeño pueblo a unos 15 minutos de los acantilados. Aprovechamos para instalarnos y descansar un poco en el bed & breakfast que habíamos reservado, el Grovemount House.
Alrededor de las cinco de la tarde, nos dirigimos en coche hasta los acantilados de Moher. Ya no era hora punta, y no tuvimos ninguna dificultad para aparcar.
Una vez llegamos al camino que recorre los acantilados, desde donde realmente se puede apreciar la altura y verticalidad de este paisaje, nos quedamos alucinando. Ninguna foto de las que habíamos visto era suficiente para apreciar la magnitud de la caída.
Caminamos un par de kilómetros hacia el sur, atentos por si veíamos algún frailecillo. Pero no tuvimos suerte. Después deshicimos camino y nos dirigimos hasta la Torre de O’Brian. La luz de la puesta de sol ya empezaba a teñir de naranja las rocas, convirtiendo el paisaje en una de las postales más bonitas de Irlanda.
Seguimos avanzando un poco más hacia el norte, hasta que el sol desapareció por el horizonte. Era el momento de volver al coche antes de que se hiciese de noche.
¿Dónde dormir cerca de los Acantilados de Moher?
Es aconsejable buscar un alojamiento cerca de los acantilados de Moher, sobre todo si se tiene previsto visitarlos durante la puesta de sol.
Algunos de los pueblos más cercanos donde buscar alojamiento son Doolin , Liscannor o Lahinch.
Nosotros dormimos en el Grovemount House, en el pequeño pueblo de Ennistymon. Estaban a unos 15 minutos en coche de los acantilados.
Algunos de los otros alojamientos mejor valorados de la zona son:
(Este post corresponde a la segunda parte del cuarto día del viaje a Irlanda)
Organiza tu viaje a Irlanda
✈️ Las mejores ofertas de vuelos a Irlanda aquí
🏨 Los mejores precios de alojamientos en Irlanda aquí
🚗 Las mejores ofertas para alquilar tu coche en Irlanda aquí
🚑 Contrata tu seguro de viaje con un 5 % de descuento aquí
💳 La mejor tarjeta para pagar (sin comisiones) y sacar dinero en el extranjero aquí