Dubrovnik es una ciudad que no decepciona. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1979, su popularidad es cada vez mayor. Tras la Guerra de los Balcanes (1991), cuando la ciudad sufrió muchos bombardeos y quedó destruida, la reconstrucción de la ciudad la llevó a ser uno de los destinos estrella del mediterráneo. De modo que la mayoría de los viajes a Croacia empiezan o terminan en esta ciudad. El tesoro medieval del adriático.
Rodeado de robustas murallas y fuertes, el casco medieval de Dubrovnik es el gran atractivo de la ciudad. Con un día hay tiempo suficiente para descubrir todos los rincones del centro histórico. Sin prisa. Paseando tranquilamente por sus calles de mármol. Y disfrutando especialmente de las primeras y últimas horas del día, cuando la multitud de turistas procedentes de los cruceros y el calor sofocante del verano ya no hacen acto de presencia. Sobre todo durante la noche, cuando el ambiente se tranquiliza, pasear por el centro de la ciudad (con la compañía de un buen helado) es especialmente mágico.
Pero la visita de la ciudad no puede quedar sólo en su centro histórico y las murallas. Fuera de ellas también se esconden rincones muy especiales, desde donde tendremos algunas de las mejores vistas panorámicas de Dubrovik.
¿Cómo llegar a Dubrovnik?
Dubrovnik es una de les ciudades más importantes y turísticas de Croacia, por lo que está muy bien conectada con el resto de ciudades y es fácil llegar hasta allí.
Si se viaja en coche de alquiler lo habitual es seguir la autopista A1 y después la carretera nacional que llega hasta la ciudad. Hay que tener en cuenta que en el centro de la ciudad hay pocas zonas de aparcamientos disponibles y acostumbran a ser muy caras. Por este motivo, es mejor aparcar en las afueras (o en el párquing del alojamiento) y llegar caminando hasta el centro.
También se puede llegar a Dubrovnik fácilmente en bus. En los recorridos por Croacia en transporte público, es muy habitual ir en bus desde Split hasta Dubrovnik. Un trayecto agradable de unas cuatro horas.
En caso de hacer una escapada a Dubrovnik desde España, también es habitual llegar hasta esta ciudad en avión. Igualmente, se debe considerar que el Aeropuerto de Dubrovnik se encuentra en la localidad de Čilipi, a unos 20 kilómetros de la ciudad. Desde allí se puede ir hasta la ciudad en bus o transfer privado.
Qué ver en Dubrovnik en 1 día: Los rincones imperdibles del centro histórico
- Stradun. Es la calle principal del centro histórico de Dubrovnik. Une las dos puertas principales de las murallas: la puerta de Ploce y la puerta de Pile. Además, divide el casco antiguo en dos partes: la zona que queda por encima de la Stradun está formada por calles estrechas y empinadas, mientras que la que queda por debajo está formado por calles más anchas que conducen hasta las fortificaciones marinas, pasando por plazas más anchas y espaciosas.
- Fuente de Onofrio. Al entrar en el casco antiguo de Dubrovnik por la puerta de Pile, encontraremos uno de los emblemas de la ciudad: la Fuente de Onofrio. Esta fuente de piedra, construida en 1438, destaca por su estructura poligonal con dieciséis caras, con máscaras impresionantes a cada una de ellas, y por la enorme cúpula abierta que la corona.
- Palacio Sponza: Situado en la Plaza de la Luna, el Palacio Sponza es uno de los edificios renacentistas más emblemáticos de la ciudad. Muy cerca del palacio también destacan la Torre del Reloj y el Palacio Rectoral (actualmente reconstruido en un museo).
- Iglesia de San Ignacio. La fachada de la Iglesia de San Ignacio, construida en el siglo XVIII, es una de las mejores muestras de un arco barroco en Dubrovnik.
- El Monasterio Dominicano y Franciscano. En el casco antiguo de Dubrovnik encontramos dos monasterios destacados. La entrada de los turistas está permitida en los dos casos, permitiendo pasear por su tranquilo claustro, descubrir el interior de la iglesia y visitar los museos que tienen en el interior.
- La catedral. Sobresaliendo entre los otros edificios, la cúpula azul de la Catedral de Dubrovnik aporta un contraste de color entre tantos tejados rojizos. Esta Catedral fue construida inicialmente en el siglo XII, pero después del terremoto de 1667 se hizo una reconstrucción con un estilo barroco.
Qué ver en Dubrovnik en 1 día: Paseando por las murallas
Después o antes de dar vueltas por el centro histórico de la ciudad, no podemos marcharnos de la ciudad sin haber caminado por las sólidas murallas que la protegen. Recorriendo estas murallas, construidas en el siglo XIII, descubriremos algunas de las mejores vistas de Dubrovnik, mientras sentimos el paso de la historia.
Para acceder a las murallas, lo mejor es hacerlo desde la entrada que encontraremos una vez superada la Puerta de Pile. Desde allí, tendremos que pagar 10 € por acceder. Una vez arriba, nos esperarán 2 km de murallas. Las vistas de los tejados, con los edificios más emblemáticos sobresaliendo, junto con el azul reluciente del mar Adriático nos acompañan durante todo el recorrido. Y tendremos una de las mejores panorámicas desde la Torre Minceta.
El calor y las aglomeraciones de gente pueden restar algo de magia, pero pasear por las murallas de Dubrovnik es imprescindible para sentir, contemplar y disfrutar de uno de los puntos más especiales de la ciudad.
Qué ver en Dubrovnik en 1 día: Las mejores vistas de la ciudad
Para finalizar la jornada dedicada a descubrir la joya medial del Adriático, no nos podemos olvidarnos de lo que se esconde fuera del casco antiguo…
Muy cerca de la Puerta de Pile, encontramos el majestuoso Fuerte de Lovrijenac. Situado sobre una enorme roca, esta fortaleza protegió la ciudad de Dubrovnik durante siglos. Actualmente, se ha convertido en uno de los mejores puntos para observar la amurallada ciudad. Después de pasear por el interior del castillo, las vistas que tendremos desde las terrazas, donde nos acompañan antiguos cañones, son espectaculares. Además, la entrada está incluida en el precio de la entrada a las murallas de Dubrovnik.
Finalmente, la mejor manera de terminar el día es subir la colina Srdj (caminando, en coche o en teleférico). Una vez arriba, a 413 metros sobre el nivel del mar, nos esperan unas vistas espectaculares del casco antiguo de Dubrovnik. De aquellas que cuestan asimilar, y que no se olvidan nunca. Pero eso no es todo, ya que al subir al atardecer se puede disfrutar de una puesta de sol encantadora. Lo mejor es desplazarse al terreno de la colina situado en el lado contrario del restaurante. Desde allí, descansando sobre una piedra, es el mejor lugar para relajarse mientras las últimas luces del día hacen su trabajo…
Así terminamos nosotros nuestro viaje a Croacia. Contemplando la maravillosa ciudad de Dubrovnik, mientras el Mar Adriático, bañado por una multitud de islas, se teñía con las luces anaranjadas del sol. Unas vistas que sintetizaban perfectamente la diversidad de Croacia, un país donde viajamos al pasado caminando por sus ciudades medievales, nos adentrarnos por entornos naturales impresionantes y nos relajamos en las preciosas playas de la costa dálmata.
(Este post corresponde al octavo día de nuestro viaje a Croacia durante julio de 2014)
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