Tras el completo día de ayer, que dedicamos a conocer el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice, hoy decidimos pasar una mañana tranquila en la Isla de Pag. Vamos en busca de alguna hermosa playa, donde poder disfrutar tranquilamente de las cristalinas aguas del adriático.
La Isla de Pag
La alargada Isla de Pag es accesible a través de un puente, así que para llegar no hay que coger ferrys. Nosotros llegamos en el coche de alquiler con el que estamos haciendo todo el viaje, pero también es posible llegar a Isla de Pag en bus.
En nuestro recorrido por la isla, vamos siguiendo la carretera principal, de unos 60 kilómetros, que va de punta a punta. Es una carretera donde no podremos correr demasiado, pero ya va bien. Las vistas de la abrupta costa de la isla son impresionantes.
Después de una media hora avanzando por la carretera principal de la isla nos desviamos para ir a la playa Sveti Duh. Es una playa estrecha pero muy larga. Así que, después de caminar un poco, encontramos un lugar donde estamos completamente solos. ¡Qué bien se está! Las transparentes aguas del mar nos invitan a bañarnos. Y, además, disfrutamos de una preciosa panorámica de la Bahía de Pag y de las montañas de Velebit.
De vuelta hacia el continente, paramos en Kolau. Este pequeño pueblo es famoso por la quesería Siran Gligora. Allí se puede probar el queso de la isla de Pag, hecho con leche de oveja, que se ha convertido en varias ocasiones el mejor queso del mundo. ¡Un festival para el paladar!
La Carretera del Adriático (Jadranska Magistral)
A primera hora de la tarde, abandonamos la isla cruzando de nuevo el puente. Entonces ponemos rumbo hacia Sibenik, pero en lugar de hacerlo por el camino más rápido (que pasa por el interior), optamos por tomar la Carretera del Adriático. Esta carretera recorre el litoral de la costa dálmata y es perfecta si queremos disfrutar de los paisajes costeros y conocer las famosas ciudades del litoral croata: Sibenik, Trogir, Split y Dubrovnik.
Durante los ciento veinte kilómetros que nos separan de Sibenik hacemos muchas paradas. Encontramos preciosos lugares donde bañarnos casi al lado de la carretera. Y también pasamos por el Lago de Vrana (Vransko jezero), el lago más grande de Croacia, que es una gran reserva ornitológica.
Nos entretenemos tanto durante el recorrido que cuando llegamos a Sibenik ya se nos ha hecho de noche. Pero aún tenemos mucha energía para descubrir esta encantadora ciudad del centro de Dalmacia.
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Visitando la ciudad de Šibenik
La ciudad de Šibenik, con 41.000 habitantes, está situada en la desembocadura del río Krka. No es la ciudad más famosa de Croacia, pero para aquellos que tienen suficientes tiempo, recomendamos mucho hacer una parada. El centro histórico de la ciudad, donde destaca la Catedral de Santiago, no deja indiferente a nadie.
La ciudad está dividida en tres sectores. La parte alta, donde las antiguas fortalezas de Santa Ana y San Juan son las grandes protagonistas. El casco antiguo o ciudad vieja, sin duda la parte más bonita de la población. Y la parte moderna, que se extiende al norte y al sureste.
Las preciosas calles estrechas y empedradas del casco antiguo nos invitan a pasear por la ciudad. No hay demasiados turistas y, ya de noche, hace una temperatura ideal. No tenemos ningún mapa de la ciudad, así que caminamos sin rumbo concreto. Inundados por el ambiente medieval que emana la ciudad, llegamos a la Plaza del Ayuntamiento. Desde allí vemos una de las fachadas de la preciosa Catedral de Santiago (Katedrala sv. Jakov), declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Este enorme monumento de estilo gótico-renacentista fue construido entre el 1431 y el 1536 utilizando únicamente piedra caliza y mármol. ¡Impresionante!
Y para terminar la visita de la ciudad, nada mejor que subir por alguna de las escaleras cercanas a la Plaza del Ayuntamiento. Desde arriba, la maravillosa visión de la catedral es la estampa perfecta para despedirnos de la ciudad
(Este post corresponde al cuarto día de nuestro viaje a Croacia durante julio de 2014)
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