Queulat es una palabra del lenguaje de los Chonos y se puede traducir como “sonido de las cascadas”. Cuando se contempla el imponente Ventisquero Colgante es muy fácil entender el motivo de ese nombre. Sobre todo cuando los bloques de hielo se desprenden del glaciar, creando nuevas cascadas efímeras, que resuenan con fuerza por todo el valle.
El Ventisquero Colgante es el punto más icónico del Parque Nacional Queulat y uno de los puntos imprescindibles de cualquier ruta por la Carretera Austral. Se trata de un glaciar que termina en lo más alto de un precipicio que supera los 400 metros de caída; creando un escénico salto de agua, que cuelga desde la gran masa de hielo.
Información práctica para visitar el Ventisquero Colgante
Cómo llegar al Ventisquero Colgante
El Ventisquero Colgante forma parte del Parque Nacional Queulat, un área de conservación ubicada en la región de Aysén, en la Patagonia chilena. Este parque nacional tiene tres sectores, el sector Angostura, el sector Ventisquero y el sector El Portezuelo. Tal y como se puede deducir por el nombre, el Ventisquero Colgante se localiza en el sector central, el Ventisquero, que se encuentra a unos 22 kilómetros de Puyuhuapi, siguiendo la Carretera Austral.
Llegar al sector Ventisquero en vehículo propio es muy sencillo. La entrada al parque está muy cerca de la Carretera Austral. En concreto, es necesario dirigirse aquí.
Si se viaja en transporte público, sólo se puede llegar en bus hasta Puyuhuapi. Desde allí, para llegar al parque hay que ir con alguna agencia del pueblo, alquilando una bicicleta o haciendo autostop.
Cuánto cuesta la entrada al Parque Nacional Queulat
La entrada al Parque Nacional Queulat tiene un coste de $5.000 para los adultos nacionales y $11.000 para los adultos extranjeros.
Aunque el precio de la entrada es necesario abonarlo en la puerta de acceso al parque (sólo se puede pagar con tarjeta), es necesario realizar una reserva previa, indicando el día de llegada y los datos de los visitantes. El número de entradas es limitado, así que si se visita el parque durante la temporada alta es mejor realizar la reserva con antelación.
La reserva debe realizarse a través del portal web de CONAF (allí también se pueden consultar todas las tarifas de acceso al parque actualizadas).
¿Cuál es el horario de entrada?
El acceso al Parque Nacional Queulat y, por tanto, al Ventisquero Colgante, sólo está abierto de martes a domingo de 9:00 a 14:30. En caso de entrar a última hora, es necesario haber salido del parque a las 16:30.
Los mejores senderos para contemplar el Ventisquero Colgante
Para poder observar el impresionante Ventisquero Colgante, hay tres senderos disponibles. Todos comienzan desde el mismo punto, dentro del sector Ventisquero del parque.
1. Sendero Mirador del Ventisquero
Este es el camino estrella del Parque Nacional Queulat y regala las mejores vistas del Ventisquero Colgante. Es una ruta lineal, con un desnivel positivo de unos 350 metros, pero que no tiene demasiada dificultad. La distancia total de la excursión (ir y volver) son 3,4 kilómetros y se puede realizar fácilmente en unas dos horas.
El camino comienza cruzando el río Témpanos, a través de un puente colgante. Después hay una bifurcación, y hay que seguir el el camino de la izquierda (está muy bien indicado).
Desde allí, la mayor parte de esta excursión avanza por el interior de un bosque siempreverde. Caminando con atención se puede ver una gran diversidad de pájaros, como el chucao, el colibrí austral o el hued-hued del sur.
Tras la subida, se llega al mirador del glaciar más fotografiado de la Carretera Austral: el Ventisquero Colgante. Cuando no hay nubes, se puede ver a la perfección el vertiginoso glaciar, sus cascadas y la Laguna Témpanos. También tiene un gran encanto el frondoso bosque que puebla este valle del Parque Nacional Queulat.
Si se tiene tiempo suficiente, es muy recomendable quedarse en el mirador durante media hora o, incluso, una hora. Pasando un rato allí, es habitual poder observar cómo se desprenden grandes bloques de hielo por el precipicio, creando nuevas cascadas desde el glaciar, que únicamente duran unos segundos.
El regreso se hace por el mismo camino. Aunque la ruta está muy bien marcada, se puede consultar el track GPS aquí.
2. Sendero Laguna Témpanos
Si no se quiere andar mucho (o como complemento de la ruta hasta el Mirador del Ventisquero) se puede recorrer el sencillo sendero que se acerca hasta la Laguna Témpanos. Es una ruta sencilla, de 1,2 kilómetros (ir y volver) y sin prácticamente desnivel.
Desde donde termina esta excursión, se tiene una perspectiva distinta del Ventisquero Colgante. Se ve desde más lejos, pero con el añadido de tener la laguna en el primer plano. Además, durante la temporada alta (en los meses del verano austral) desde el lado de la laguna se pueden contratar navegaciones en lancha, para acercarse al Ventisquero Colgante. Estas salidas no requieren reserva previa, hay que pagarlas en efectivo y tienen un coste de $16.000 por persona.
3. Sendero Mirador Panorámico
Esta última ruta para observar al Ventisquero Colgante es la más corta y menos escénica. Es un camino de 400 metros en total, que permite ver el glaciar desde la confluencia de los ríos Ventisquero y Desagüe.
Otras rutas para realizar en el Parque Nacional Queulat
Durante mi visita al Parque Nacional Queulat, estaban remodelando los accesos al parque y el acceso al sector Angostura estaba cerrado. Allí la ruta más popular es el sendero Los Pumas.
Dentro del parque nacional, justo antes de empezar la subida por la Cuesta Queulat, también vale la pena visitar el Salto Padre García. Es una cascada a la que se puede acceder siguiendo un camino de sólo 200 metros. Un sencillo paseo por un entorno de bosque encantador. El acceso es gratuito.
Por último, en el sector Portezuelo hay una de las excursiones más bonitas de esta zona de la Carretera Austral: el sendero del Bosque Encantado. Esta excursión atraviesa un bosque siempreverde lleno de helechos y musgos. Una auténtica explosión de naturaleza. Además, finaliza en la laguna Gnomos, desde donde también se puede observar un glaciar. Desgraciadamente, durante los últimos años esta ruta ha estado cerrada por riesgo de desprendimiento. Sin embargo, antes de visitar el parque vale la pena revisar si se ha reabierto el camino. En caso de estar abierto, es un imprescindible de la zona.
Dónde dormir cerca del Ventisquero Colgante
Para visitar el Ventisquero Colgante es suficiente con un día. Pero dado que es un parque bastante visitado y que sólo está abierto durante la mañana, es aconsejable pasar la noche anterior a la visita cerca de la entrada.
En caso de buscar algún hotel, hostal o cabaña, la mejor opción es pasar la noche en Puyuhuapi. Este pequeño pueblo, asentado junto al fiordo, tiene una buena oferta de alojamientos. Algunas opciones bien valoradas son las Cabanas Senderos Puyuhuapi, el Eco Cabañas Wanderlust y el Hostal Robinson
Si se opta por dormir en un camping, una opción excelente es el camping Leotina Fuentes. Se encuentra a sólo 1 kilómetro de la entrada para visitar el Ventisquero Colgante y tiene un coste de $8.000 por persona. El camping dispone de una zona común con mesas, duchas con agua caliente y wifi.
Mi experiencia visitando el Ventisquero Colgante
Desde el Chaitén hasta Puyuhuapi
Durante el sexto día de mi ruta por la Carretera Austral, inicié el recorrido desde Chaitén (donde ya había visitado el Parque Nacional Pumalín) hasta el Parque Nacional Queulat. Hacía un día espléndido, sin ninguna nube, y con las primeras luces del día fue una delicia conducir por la Carretera Austral. Constantemente necesitaba hacer paradas, para inmortalizar los árboles, lagos, ríos y montañas que rodeaban la ruta.
Pasé junto al río Michimahuida y el lago Yelcho, y cinco kilómetros después llegué al punto de inicio del camino hasta el Ventisquero Yelcho (no está muy bien indicado, así que es útil poner la localización en Google Maps). Este es el único sendero habilitado actualmente por el salvaje Parque Nacional Corcovado. Es una ruta corta (algo menos de 8 kilómetros entre ir y volver) y que termina con una excepcional vista de un glaciar.
A media mañana ya volvía a estar en el coche, y seguí con el trayecto hacia el Ventisquero Colgante. Un poco más adelante, paré en el Mirador Chucao, junto al Río Frío, donde había unos interesantes reflejos de las montañas nevadas que rodeaban la Carretera Austral.
Luego llegué al pueblo de la Junta. No vi nada especial, pero aproveché para llenar el depósito de gasolina del coche. Teniendo en cuenta que en ocasiones hay problemas de suministro de gasolina (sobre todo en la parte sur de la Carretera Austral) siempre que veía una gasolinera aprovechaba para llenar el depósito.
Continué conduciendo, y cuando faltaba poco para llegar a Puyuhuapi ya vi un cartel que indicaba el inicio del Parque Nacional Queulat, en concreto del sector Angostura. Desde allí, el bosque que rodeaba la carretera era cada vez más frondoso y verde. La lástima es que la carretera no era demasiado ancha y no se podía parar prácticamente en ningún sitio. Pasé también junto al Lago Risopatron, rodeado de montañas nevadas que engalanaban aún más el paisaje.
Desde Puyuhuapi hasta el Parque Nacional Queulat
Una vez llegado a Puyuhuapi, me acerqué hasta el pequeño puerto del pueblo, situado junto al fiordo. Allí comenzaba un camino hasta un mirador, el Sendero el Canelo, que atraviesa una propiedad privada y tiene un coste de $2.000 por persona. Iba bien de tiempo, así que caminé hasta la casa que hay al inicio de la propiedad, para pagar la entrada. Después de un rato esperando y sin recibir respuesta, decidí dar media vuelta y no subir al mirador. No quería tener problemas por haber accedido a una propiedad privada sin permiso…
A la salida de Puyuhuapi, la carretera dejó de estar asfaltada durante unos kilómetros. Estaban haciendo obras. Sin embargo, el mal estado de la carretera quedaba compensado por las hermosas vistas del fiordo. Por lo que había leído, a veces se podían ver delfines durante este tramo de la ruta, pero yo no fui capaz de ver ninguno.
A media tarde llegué al área del sector Ventisquero del Parque Nacional Queulat. Pero sólo estaba abierto por la mañana, así que fui directamente hacia el camping Leontina Fuentes. Las vistas desde el camping, situado cerca del Ventisquero Colgante, eran una maravilla.
Entrando en el Parque Nacional Queulat
Al día siguiente por la mañana, llegó el momento de visitar el Ventisquero Colgante del Parque Nacional Queulat. A diferencia del día anterior, en el que no había habido ninguna nube, el día se levantó completamente tapado. Ya no se veían las montañas y, con esa niebla, parecía improbable poder disfrutar de una buena vista del emblemático glaciar de la Carretera Austral.
Sin embargo, ignoré las nubes y me dirigí hacia el sector Ventisquero del Parque Nacional Queulat, para estar allí a la hora de apertura, a las nueve de la mañana. En la entrada revisaron la reserva y pagué con tarjeta los $11.000 que costaba el acceso al parque.
Aprovechando que había pocos coches, pude conducir hasta el último parking (allí sólo hay espacio para unos cinco vehículos), situado justo en el inicio de los senderos. Debido a las obras que estaban haciendo en el parque, sólo estaban abiertos el sendero Mirador Ventisquero y el sendero Laguna Témpanos.
Dado que el camino hasta la laguna eran sólo unos 600 metros, primero fui hasta allá para ver si el Ventisquero Colgante estaba destapado. Una vez llegué, como me imaginaba, encontré sólo una densa capa de nubes que escondía todo el paisaje. Sólo se veía el agua del lago…
La subida hasta el Mirador del Ventisquero Colgante
Para aprovechar el tiempo, y con la esperanza de que el calor del sol acabara disipando la niebla, empecé el camino hasta el mirador Ventisquero. Caminé sin prisa, disfrutando de la frondosa vegetación y de la observación de un par de colibrís. Alrededor de las 11 de la mañana, llegué al mirador. Seguía habiendo muchas nubes, y sólo se veía la parte inferior de las cascadas. Como si cayesen directamente del cielo.
El paisaje era bonito, pero podía serlo mucho más. Sólo necesitaba que las nubes subieran ligeramente. Aprovechando que tenía tiempo decidí esperarme un rato allí, para ver si la meteorología mejoraba. Gracias a ello, pude observar varias veces cómo caían enormes bloques de hielo por el precipicio donde terminaba el glaciar. Era espectacular verlo, pero sobre todo escucharlo. ¡Parecían truenos!
Cuando ya llevaba casi dos horas allí arriba, repentinamente las nubes empezaron a desplazarse y, a los pocos segundos, el glaciar quedó completamente descubierto. Me sentí enormemente privilegiado de estar viendo al emblemático Ventisquero Colgante. ¡Era un paisaje brutal! Uno imprescindible en cualquier ruta por la Carretera Austral.
Después de un buen rato retratando el paisaje del Ventisquero Colgante, empecé a deshacer el camino. Una vez abajo, me acerqué de nuevo a la Laguna Témpanos, para poder ver la laguna con el glaciar y las cataratas de fondo. Una perspectiva que también me gustó muchísimo.
La Cuesta Queulat y el Valle del Río Simpson
Al mediodía llegué al coche de nuevo, e inicié el trayecto hacia el sur, hasta el valle del río Simpson. La primera parte del recorrido, pasando por la Cuesta Queulat, fue una de las más bonitas de la Carretera Austral. Esta famosa subida, de carretera de ripio y llena de curvas, estaba rodeada de un verde e impenetrable bosque. Por encima de los árboles, sobresalían montañas verticales, por donde caían cascadas y la nieve se resistía a fundirse. No había demasiado espacio para parar, pero mientras conducía no pude dejar de analizar ese escenario.
Una vez arriba de la Cuesta Queulat, la bajada también fue muy bonita. Sin embargo, la carretera estaba asfaltada y se perdía el encanto salvaje que había vivido durante el ascenso. A medida que fui conduciendo, las montañas fueron perdiendo verticalidad y altura, mientras los ríos y la vegetación iban ganando protagonismo.
Alrededor de las seis de la tarde llegué a un tranquilo camping en el valle del río Simpson, el Camping Refugio Las Torres del Simpson. Un entorno inmejorable para terminar un nuevo día por la Patagonia chilena.
(Este post corresponde a los días seis y siete de mi ruta por la Carretera Austral)
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