Después de la gran cantidad de kilómetros que hicimos ayer (casi 500), hoy tenemos previsto un día un poco más relajado. De hecho, es el único día en el que repetiremos alojamiento. Sin embargo, queremos empezar el día temprano porque queremos ir hasta Bakkagerði, en la zona del puerto, ya que es una de las mejores zonas para ver frailecillos sin tener que coger ningún barco. Estos pájaros son uno de los símbolos de Islandia más divertidos y curiosos y no queríamos marcharnos de Islandia sin haber podido verlos de cerca.
Así pues, a las 7:30 ya estamos en el coche preparados para ir hacia Bakkagerði, ya que sabemos que si llegamos demasiado tarde la mayoría de los pájaros estarán pescando. El trayecto hasta este pueblecito se hace por una carretera de tierra, pero en buen estado. Sin embargo, a nosotros el camino se nos hace eterno porque una niebla muy espesa lo envuelve todo y tenemos que reducir mucho la velocidad. Pero seguimos avanzando, ya que después de no haber visto demasiados frailecillos en la playa Dyrhólaey, hoy eran nuestro objetivo principal.
Cuando, por fin, llegamos a nuestro destino, todos los problemas se nos olvidan. ¡Hay cientos de frailecillos! ¡Y se pueden observar a menos de un metro de distancia! El tiempo nos pasa volando mientras miramos y fotografiamos estos curiosos pájaros. Tenemos la suerte de ver cómo caminan, vuelan, pescan e, incluso, los rituales del cortejo (el aleteo y el frotamiento de los picos). Nos quedaríamos allí todo el día. ¡Nos encanta poder observar y fotografiar animales! Sin embargo, tenemos muchas cosas por ver y después de unas dos horas decidimos marchar.
El siguiente punto de interés del día es la cascada Hengifoss. Desde el aparcamiento ya podemos ver la cascada, pero muy a lo lejos. Para poder verla bien, hay que caminar unos 2,5 km. El camino es muy agradable: tenemos muy buenas vistas del lago Lagarfljót y, a medio camino, vemos otro salto de agua, el Litlanesfoss, rodeado de columnas de basalto. Al final del camino, la vista de la cascada, junto con el río, es increíble. Además, volvemos a estar casi solos en este entorno tan idílico!
Después de los dos platos fuertes del día, vamos tranquilamente a Atlavik, un pequeño pueblo que se encuentra dentro de Hallormsstaður, la reserva forestal más grande del país. Desde Atlavik salen algunos recorridos de unas dos horitas que se adentran por esta reserva forestal. Nosotros hacemos el recorrido rojo. Es un paseo agradable, pero sin nada impresionante. Al final del camino tenemos unas panorámicas del lago Lagarfljót. Este lago es famoso en Islandia porque las historias fantásticas dicen que vive un monstruo, al que llaman Lagarfljotsormurinn, que es similar a una serpiente gigantesca.
Después de esta excursión volvemos a nuestra fantástica caseta: el Klettakot cottage. Hoy acabamos la jornada un poco más temprano. Un poco de tiempo para leer no está nunca mal …
(Este post corresponde al cuarto día del viaje a Islandia)
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