Con la puesta de sol sobre el Lago Bohinj ayer nos despedimos de los Alpes Julianos y del Parque Nacional del Triglav. Pero no abandonaremos las montañas todavía. Hoy es el día de dirigirnos a otra región de Eslovenia: la zona de los Alpes de Kamnik.
Los Alpes Kamnik, situados en el norte de Eslovenia, son un pequeño territorio con algunos de los paisajes más bellos del país. Organizada en torno a la pequeña ciudad de Kamnik, la región de Kamnik está claramente marcada por las montañas que la delimitan. Un tesoro natural donde sobresalen dos localizaciones con mucho encanto: los prados alpinos de Velika Planina y el valle Logarska Dolina.
Comenzaremos a descubrir los Alpes de Kamnik subiendo hasta Velika Planina, donde hay uno de los pueblos de pastores más grandes de Europa.
Velika Planina: Cómo llegar
El trayecto más corto desde el Lago Bohinj hasta Kamniska Bistrica, el pueblo desde donde se sube a Velika Planina dura aproximadamente una hora y media (son unos 90 kilómetros). Sin embargo, nosotros preferimos evitar los peajes, pasando por carreteras secundarias y desviarnos hasta una de las iglesias más fotogénicas de la región: la iglesia Cerkev Sv. Tomaz.
Entre carreteras que dejan atrás pequeños pueblos de montaña, nos vamos alejando de las montañas del Parque Nacional del Triglav. Después de una hora larga conduciendo por carreteras muy tranquilas, con las ventanas bajadas y respirando aire puro, nos desviamos hacia el pueblo de Praprotno. Desde allí subimos hasta la colina donde se erige la iglesia Cerkev Sv. Tomaz. Es una pequeña iglesia, de estilo gótico, y que data del 1500. Queremos ver la iglesia sobre todo por las impresionantes fotos que habíamos visto de esta iglesia con los Alpes de Kamnik de fondo. Sin embargo, junto a la iglesia no tenemos la perspectiva que habíamos imaginado. Realmente, la visión más bonita se consigue desde alguna de las colinas cercanos, pero no sabemos cuál es exactamente…
Después de esta pequeña parada, ya nos dirigimos hacia Velika Planina. No es posible llegar en coche hasta estos prados alpinos, situados a una altitud de 1.600 metros. En concreto, el coche hay que dejarlo en Kamp Alpe, situado en el pueblo de Kamniska Bistrica. Desde este parking hay tres opciones para llegar hasta Velika Planina:
- Teleférico y telesilla: En primer lugar se toma el teleférico en Kamp Alpe y luego un telesilla biplaza que nos llevará hasta el punto más alto de Velika Planina.
- Teleférico y caminar: La otra opción es tomar el teleférico y hacer la última subida andando. El camino es muy sencillo y sube por la misma zona que el telesilla. Hay que caminar aproximadamente 1,5 km y superar unos 250 metros de desnivel para llegar hasta Gradišče (el punto más alto de Velika Planina y donde finaliza el telesilla). Esta es la opción por la que nos decantamos nosotros.
- Caminar: La última opción, y la más económica, es subir hasta Velika Planina caminando desde el principio. Hay dos rutas típicas: esta es la más larga y esta la más corta.
El teleférico de Velika Planina
La mayoría de los visitantes de Velika Planina suelen subir en teleférico. Es la opción más rápida y ofrece unas excelentes vistas de las montañas de los Alpes de Kamnik. Además, este teleférico ostenta un récord: es el teleférico europeo más largo sin pilares de apoyo.
Si prevés subir a Velika Planina con el teleférico seguro que te será de utilidad esta información práctica:
– El horario de funcionamiento del teleférico durante el verano es desde las 8:30 hasta las 18:00. Consulta aquí el horario durante el resto del año.
– Los precios por persona son 17 € ida y vuelta y 11 € sólo un trayecto. Además, si se toma el telesilla hay que pagar 2 € más. En este enlace está todo el detalle de los precios.
– La página oficial de Velika Planina y del teleférico es http://www.velikaplanina.si/.
Nuestra experiencia: Una mañana en Velika Planina
Después de subir en el teleférico, empezamos a caminar hasta el punto más alto de Velika Planina, el pico de Gradišče (1.666 m). Con poco menos de media hora ya vemos las primeras casas tradicionales del pueblo de pastores de Velika Planina.
Caminando entre las 140 cabañas que conforman esta aldea pastoral, rodeados de prados y montañas, descubrimos poco a poco la tranquila sencillez de este tradicional pueblo de pastores. Los tejados de las cabañas, recubiertas de tejas de abeto que llegan prácticamente hasta el suelo, conforman la imagen más típica de Velika Planina. Y lo mejor de todo es que este pueblo sigue estando habitado durante el verano, cuando los pastores suben con su ganado y continúan viviendo en la misma zona donde ya se asentaron sus antecesores en el siglo XVI.
Las vacas pastan tranquilamente por las más de 500 hectáreas que conforman el pueblo de Velika Planina, donde actualmente hay algunas casas más modernas donde los turistas pueden pasar la noche.
Paseamos sin seguir ningún ruta específica. Disfrutando del paisaje y de la estampa tan tradicional. Entre todas las casas típicas de los pastores, una de las más famosas es la Herdsman s cottage Gradišek. Allí probamos la Sour Milk, uno de los platos más típicos de los pastores. Según el día, también es posible comprar el queso trnic, característico de Velika Planina.
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El otro edificio destacado, donde nos acercamos después de haber probado un tazón de la característica Sour Milk, es la iglesia de Snow Mary. Esta iglesia, hecha de madera y construida en 1988, sigue en el mismo lugar que la iglesia original, que fue quemada durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis incendiaron todas las cabañas de los pastores durante el invierno de 1944/1945.
Antes de bajar de nuevo, hacemos una visita al Presko museum. Este pequeño museo, situado en el interior de una de las casas típicas, permanece abierto todos los días durante la época de pasto (de junio a septiembre). Se trata de una pequeña casa donde es posible entrar para contemplar el interior de las casas tradicionales. Para distinguir el museo de entre todas las casas, hay que buscar una casita bastante pequeña y de un color grisáceo.
A media tarde, después de una mañana fantástica en Velika Planina disfrutando de un día radiante, bajamos a buscar el teleférico de nuevo. Queremos seguir descubriendo la región de los Alpes de Kamnik. Y antes de partir hacia una nueva zona montañosa, decidimos visitar la ciudad que da nombre a esta región: Kamnik.
Visitante Kamnik en una tarde
La pequeña ciudad medieval de Kamnik es perfecta para visitar a pie, durante un par de horas. Iniciamos la visita paseando por la calle Sutna, la arteria principal de la ciudad. Allí encontramos un pequeño mercado con productos locales.
Continuando la visita, llegamos al Monasterio Franciscano y a la Iglesia de San Jacobo, dos de los edificios más emblemáticos de Kamnik junto con los dos castillos: el Castillo Pequeño y el Castillo Viejo.
Antes de despedirnos del elegante centro histórico de Kamnik, subimos las escaleras que se dirigen hasta el Mali Grad Castle o Castillo Viejo. No podemos llegar hasta el castillo, ya que la entrada está cerrada. Pero desde allí disfrutamos de unas vistas impresionantes del casco histórico de Kamnik. Contemplando las anaranjadas tejados de la ciudad medieval, con las montañas de los Alpes de Kamnik y de Savinja de fondo nos despedimos de la ciudad.
Probando la gastronomía tradicional eslovena
Tras visitar Velika Planina y la ciudad de Kamnik, nos dirigimos hacia el alojamiento de esta noche: la Guest House Kraljevo Hrib. Es una pequeña casa de madera con mucho encanto. Y aunque la mayoría de alojamientos que reservamos tienen cocina, este no tiene. Pero lo hemos hecho expresamente. Muy cerca de Kamnik hay un restaurante ideal para probar la cocina eslovena tradicional.
Vamos a cenar al Gostilna Mili Vrh, un sencillo restaurante de cocina casera eslovena. El restaurante forma parte del proyecto Taste Kamnik, basado en ofrecer platos cocinados de manera tradicional para que los turistas puedan conocer la cocina más auténtica del país.
Las valoraciones de este local son excepcionales. Y después de una cena de comida muy abundante, coincidimos con estas valoraciones. Probamos platos deliciosos y todos hechos caseramente por la cocinera y propietaria del pequeño restaurante, desde el pan hasta el postre. Excepcional.
(Este post corresponde al día 7 de nuestro viaje a Eslovenia)
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