El Valle del río Soča: excursiones entre cascadas y montañas

El río Soča, que nace en el interior del Parque Nacional del Triglav, atraviesa uno de los paraísos naturales de Eslovenia: el Valle del río Soča. Rodeada por las escarpadas montañas de los Alpes Julianos, esta región de Eslovenia permite descubrir algunos de los paisajes más bellos del país. Conduciendo por estrechas carreteras, rodeados de una frondosa vegetación y atravesando de vez en cuando las aguas esmeraldas del río Soča, pasamos por los pueblos más importantes de la zona, como Tolmin, Kobarid o Bovec. Pero lo mejor de todo es que muy cerca de estos pueblos, podemos aparcar el coche para caminar hasta algunos de los tesoros de Eslovenia.

Al igual que en el primer día del viaje, el gran protagonista del segundo día de nuestra ruta para Eslovenia es el agua. Tenemos previsto visitar algunas de las cascadas más famosas del país, caminar cerca del río Soča y explorar otros ríos menos conocidos. Todo ello mientras nos movemos desde Tolmin hasta Kransjka Gora, otro pueblo asentado en la falda del Parque Nacional Triglav.

El Valle del río Soča: Caminando hasta la cascada Kozjak

Nos despertamos en Tolmin rodeados de una fina neblina que desaparece a medida que nos dirigimos hacia Kobarid, el pueblo más cercano a la cascada Kozjak. Desde allí, cruzamos el río Isonzo y aparcamos junto al camping Koren, donde comienza el camino para llegar hasta el salto de agua, que está perfectamente señalizado.

Sólo tenemos que caminar unos treinta minutos bajo la agradable sombra de los árboles para empezar a oír el ruido del salto de agua. Finalmente, unas pasarelas nos llevan hasta delante de la cascada Kozjak. Rodeados de rocas e inmersos en una delicada oscuridad, contemplamos uno de los saltos de agua más especiales de Eslovenia.

Pasamos un largo rato disfrutando de la magia de esta cascada, que parece que salga de dentro de la roca. Después volvemos al coche deshaciendo el mismo camino por donde hemos venido. Cuando llegamos al parking, encontramos un puesto donde se vende el queso más famoso de la zona: el Tolminska. Aprovechamos para hacer una cata y compramos una porción de este queso, perfecto para alegrar los desayunos de los próximos días…

El Valle del río Soča: Contemplando la cascada Boka

Desde el salto de agua más especial del país, ponemos rumbo hacia el más potente: la cascada Boka. La cantidad de agua que baja por esta cascada alcanza su punto álgido durante la primavera, pero en verano también es impresionante.

Este salto de agua de 106 metros es visible desde la carretera que va de Kobarid en Bovec. Pero vale la pena acercarse un poco más. Por ello, dejamos el coche en el parking de la Penzion Boka Guesthouse, y tomamos el camino que nos llevará hasta el mirador que hay a la izquierda del río. Después de unos veinte minutos caminando por el interior del bosque, disfrutamos de una panorámica preciosa de la cascada Boka.

El Valle del río Soča: las Gorgas Fraterica

Aprovechando la proximidad, que casi es la hora de comer y que nos encanta hacer picnics con las mejores vistas, nos dirigimos hacia las Gorgas Fraterica. Estas pozas, esculpidas por el río Koritnica, concentran una gran multitud de saltos de agua y son ideales para practicar barranquismo.

Nosotros optamos por una opción más tranquila: caminamos por el interior de un bosque paralelamente al río y contemplamos desde arriba todas las pintorescas formas que sigue el curso del agua. Pasamos primero por el lado de la cascada Katerdala y, después de unos veinte minutos ascendiendo, llegamos a la cascada Parabola. Un salto de agua de cincuenta metros, donde el agua cae a una pequeña piscina de aguas cristalinas. Es el punto perfecto para sentarnos a una roca y disfrutar de una deliciosa comida en medio de la naturaleza eslovena. De nuevo, volvemos a estar completamente solos.

El Valle del río Soča: Recorriendo el Soča River Trail

Si tuviéramos que destacar uno de los senderos más populares del Valle del río Soča, es precisamente, el camino que recorre el transcurso de este río desde su nacimiento hasta el pueblo de Bovec. Un recorrido ideal para admirar las esmeraldas aguas del río Soča, para cruzar pintorescos pueblos rodeados de montañas y para descubrir las imposibles formas de los cañones que el agua ha ido esculpiendo. Veinticinco kilómetros sencillos, ya que prácticamente no hay desnivel, pero perfectos para admirar algunos de los rincones más bonitos de Eslovenia.

Nosotros no disponemos de tiempo suficiente como para hacer todo el camino completo, así que decidimos recorrer sólo una parte. Dejamos el coche en la iglesia del pueblo de Soča, y caminamos unos dos kilómetros hasta llegar a uno de los puntos más bonitos del sendero: el Velika Korita Soče. Allí descubrimos un precioso cañón donde el agua parece que emerja del interior de las rocas.

Es el lugar ideal para parar un rato. Para disfrutar de las maravillas que el azar y el paso del tiempo son capaces de esculpir a través del agua. La gran escultora de la naturaleza eslovena.

Después de un minutos hipnotizados por el ruido y movimiento del agua, damos media vuelta y volvemos al coche. Entonces nos dirigimos hacia Trenta, otro punto perfecto para descubrir un tramo completamente diferente del Soča River Trail. A sólo cinco kilómetros del pueblo está el nacimiento de este río, por lo que en esta zona el río es totalmente diferente. Mucho menos profundo, pero mucho más rápido y vivo. Nos ponemos a caminar sin tener demasiado claro si haremos los cinco kilómetros hasta el nacimiento del río Soca, ya que se nos ha hecho bastante tarde. Nos adentramos en un bosque bien opaco, donde los helechos y el musgo son los grandes protagonistas. Pero no caminamos demasiado tiempo, ya que empieza a llover con fuerza y decidimos dar media vuelta.

El pueblo de Kransjska Gora

Refugiados dentro del coche, damos por terminados nuestros días por el Valle del Río Soča. Dos días de mucha naturaleza. Entonces ponemos rumbo hacia Kransjska Gora, un pequeño pueblo esloveno (con poco más de 6.000 habitantes), situado muy cerca de la frontera con Austria e Italia, que acoge cada año a los amantes de los deportes de invierno. Pero el entorno que le rodea, y las infinitas excursiones que se pueden hacer desde allí, hacen que en verano también sea un destino ideal.

Desde Trenta, para llegar hasta Kranjska Gora recorremos una de las carreteras más famosas de Eslovenia. Una carretera estrecha y llena de curvas que, poco a poco, va cogiendo altura hasta llegar al Vršič Pass. Este punto, situado a 1.611 metros, es el puerto de montaña más alto de Eslovenia. Y ofrece unas grandes vistas de las montañas de los Alpes Julianos. Desgraciadamente nosotros llegamos mientras cae un gran aguacero, por lo que no podemos saborear las grandes vistas que normalmente se ven.

Después de un buen rato haciendo curvas, llegamos a Kranjska Gora mientras empieza a salir el sol. Nos dirigimos primero a nuestro alojamiento: el Apartment in Villa Flora. ¡Desde la ventana tenemos unas vistas impresionantes de las montañas!

El pueblo de Kranjska Gora, aparte de encontrarse rodeado de un entorno idílico, tiene dos pastelerías con mucha fama: la pastelería Charlie Chaplin y la Slascicarna Kala. Nosotros decidimos ir a la Slascicarna Kala, dispuestos a hacer la primera cata de la gastronomía eslovena. Una gastronomía muy casera y con algunos dulces exquisitos. El pastel tradicional de la zona es el Prekmurska gibanica, pero cuando llegamos ya se les ha acabado. A falta de la tarta tradicional, optamos por probar uno de chocolate, uno de chocolate con naranja y uno de chocolate con frutos del bosque. La pinta de todos los pasteles es impresionante. ¡Y el gusto aún lo es más!

En el centro del pueblo, hay un precioso estanque: el Jasna Lake. Un rincón mágico donde dirigirse mientras el día se acaba. Perfecto para contemplar como los últimos rayos del sol iluminan los picos de las montañas, mientras estas se reflejan en las aguas del lago. Perfecto para seguir disfrutando de las postales de Eslovenia …

(Este post corresponde al día 2 de nuestro viaje a Eslovenia)