Qué ganas de volver a Canadá. De volver a caminar por sus montañas. De volver a sentir la fuerza y belleza de la naturaleza. De volver a sentirnos minúsculos entre tanta majestuosidad.
Volver a Canadá no figura dentro de nuestros próximos viajes. Pero me apetecía volver. Necesitaba recordar el color de sus aguas. Los reflejos de sus montañas. Y qué mejor que viajar a través de los recuerdos?
Las Montañas Rocosas fueron las grandes protagonistas de nuestra ruta por el Oeste de Canadá. Durante los nueve días que pasamos allí, nos costó mucho decidir qué queríamos ver. Infinitas excursiones nos tentaban cada día. Pero tuvimos que decidir… Escogiendo siempre con cierta incertidumbre, pero confiando plenamente en que encontraríamos paisajes memorables. Si ahora volviéramos a las Montañas Rocosas, quizá cambiaríamos algunas cosas, pero sin duda, repetiríamos estas 30 vistas y actividades imperdibles:
1- Subir en teleférico a la Sulphur Mountain desde el pueblo de Banff. Una manera excelente de captar la inmensa naturaleza del Parque Nacional de Banff.
2- Visitar los lagos durante las primeras y últimas horas del día. Estos instantes tienen una luz especial y los lagos se convierten en espejos perfectos, reflejando las imponentes montañas que los rodean.
3- Conducir lentamente por la Bow Valley Parkway, una de las carreteras secundarias más famosas del Parque Nacional de Banff gracias a la fauna que se puede vislumbrar. Osos, ciervos, cabras salvajes…
4- Impregnarnos de la magia del Moraine Lake.
5- Caminar, caminar y caminar. La actividad por excelencia en las Montañas Rocosas de Canadá.
6- Dejarnos sorprender por los Columbian Ground Squirrel. Los hay en casi todos los parques nacionales, pero no te cansarás nunca de verlos. Su simpatía es la mejor bienvenida a la naturaleza de Canadá.
7- Recorrer el Johnson Canyon pronto por la mañana. Esta magnífica obra de arte del río Bow se merece una visita, y por la mañana, cuando aún no hay mucha gente, es el mejor momento para evitar las multitudes.
8- Caminar por Sunshine Meadows, unos de los prados alpinos más bonitos de Canadá.
9- Visitar los solitarios Vermilion Lakes.
10- Hacer picnics en medio de la nada. No os encanta comer perdidos por la montaña?
11- Visitar el Lake Louise, uno de los lagos más icónicos de las Montañas Rocosas.
12- Caminar al Plain of Six Glacier, una ruta perfecta para descubrir el entorno del Lake Louise y para disfrutar de unas vistas panorámicas inmejorables.
13- Visitar las cataratas del Yoho National Park: las Wapta falls y las Takkakaw falls. Unas de las cascadas más impresionantes de las Rocosas.
14- Contemplar cómo cambian los colores de las aguas del Emerald Lake.
15- Alquilar una canoa y remar por alguno de los famosos lagos de las Montañas Rocosas de Canadá. Las vistas cambian completamente!
16- Visitar el Lago O’Hara. De las 700.000 personas que visitan el Parque Nacional Yoho cada año, sólo un 1% acaba yendo a esta zona. Y es una de las más bonitos que vimos …
17- Conducir lentamente por la Icefield Parkway. Muchos libros la clasifican como la carretera más bonita del mundo.
18- Contemplar desde todos los puntos de vista el inmenso Bow Lake.
19- Alucinar con los colores, la silueta y el entorno del Peyto Lake.
20- Improvisar, mirar el mapa y acercarnos a lagos menos conocidos.
21- Desviarnos de la Icefield Parkway para contemplar el Mistaya Canyon.
22- Caminar por el Athabasca Glacier, el glaciar más popular de las Montañas Rocosas.
23- Disfrutar de las potentes cascadas del Parque Nacional Jasper: las Sunwapta Falls y el Athabasca Fall.
24- Destinar una tarde a conocer Jasper. Pasear por este pueblo rodeado de naturaleza alucinante. Además, a pocos kilómetros encontramos el Pyramic y Patricia Lake.
25- Recorrer sin prisas la Maligne Road, una de las carreteras estrellas de las Montañas Rocosas de Canadá.
26- Hacer alguna de las famosas excursiones por el Parque Nacional Jasper. Nosotros optamos por hacer el Oppal Hills Loop y nos pareció fascinante.
27- Tocar la fría agua del Maligno Lake, uno de los lagos más icónicos de las montañas canadienses.
28- Contemplar los múltiples saltos de agua del Maligne Canyon.
29- Comer el famoso pastel de zanahoria canadiense. ¡Ñam!
30- Subir bien arriba. Siempre que puedas, coge un teleférico o camina hasta los miradores más altos. Las vistas panorámicas de las Montañas Rocosas te llenarán de energía!
30 + 1- ¿Y tú has viajado en las Montañas Rocosas de Canadá? ¿Cuál fue tu mejor experiencia? (Espero tu opinión en los comentarios 🙂 )
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